Quiero perderme en tu paraíso.
Tus dedos recorren mi piel.
El sonido de tu voz resuena en mi mente.
Tu ausencia es una navaja afilada capaz de destrozar mi alma.
El recuerdo dulcifica mis noches.
En mis noches me entrego a ti, siendo un alma feliz inundada de paz y felicidad.
Vivo aferrado a tu retrato, como un ángel caído en el más profundo los abismos.
Tu amor me libra de la tenaza cruel del silencio, mientras en la noche devoro tus besos y tu voz hasta el éxtasis.
Eres mi pasión y mi debilidad, mi vicio más confesable.
Todos mis anhelos llevan tu nombre.
Tu esencia y tu magia despiertan el fuego de la entrega.
No hay día que no te recuerde y necesite.
Todo me lleva a ti.
Mis noches te pertenecen.
Mi adorada Venus.
Mi diosa del deseo.
Dulce agonía que hace me pierda en el deseo absoluto siendo tuyo hasta el amanecer.