Si en lugar de retirar las 24 fotografías pixeladas de Santiago Sierra alusivas a 74 “presos políticos” españoles de la feria anual de Arte Contemporáneo (ARCO) alguien responsable hubiera divulgado el historial de esos presos todo el mundo sabría que el montaje era una provocación infantil e inmoral sin valor artístico alguno.
Tendrían que poner una leyenda bajo la numeración y el texto escrito por Sierra bajo cada foto explicando que esos políticos presos –no presos políticos—u otros, agresores físicos de personas, atacaron al bien más preciado: a seres humanos y a su estabilidad familiar, social, política y también territorial.
Los independentistas y saqueadores catalanes son mucho peores ante la balanza de la Historia que los corruptos del PP, como los madrileños Francisco Granados e Ignacio González, por ejemplo, con mucho tiempo en prisión preventiva y sin embargo sin fotografías de Sierra que los honren como víctimas.
Porque los llamados “presos políticos” homenajeados por Sierra son personajes tan indeseables que en otras democracias estarían encerrados muchos más años que en España.
Colocar a Alfonso Fernández Ortega, Alfon, como “preso político” número 1 desmonta desde el principio la exposición. Con múltiples agresiones, también violencia sexual, fue detenido con explosivos en su mochila en una manifestación.
El 2 es Andrés Bódalo, matón sindicalista agrario, una mole que agredía hasta a embarazadas, al que denunció un concejal socialista golpeado sañudamente.
La mayoría de los fotografiados son colaboradores de ETA o anarquistas, como quienes pusieron bombas en la catedral del Pilar, o el okupa chileno Rodrigo Lanza Huidobro, que mató a un hombre por la espalda con una barra de hierro por llevar unos tirantes con la bandera de España
Es el mismo que antes había dejado tetrapléjico a un policía local y una víctima cuando lo detuvieron para Jordi Ébole y otros propagandistas de los okupas. Es nieto del general Huidobro, golpista con Pinochet. Mala sangre.
También están los autores del casi linchamiento de dos guardias civiles, a los que Sierra alude como simples “lesionados” en Alsasua.
Casi todos los “presos políticos”, algún caso es de 1984, están en libertad, por lo que quedan en prisión por actos graves poco más de una docena, entre ellos los dirigentes catalanes del intento del golpe de Estado de este otoño, Tejeros sin armas, como Oriol Junqueras, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.
Todos estos “presos políticos” serían presos comunes en cualquier democracia; alguno, como Lanza, con la cadena perpetua, que desgraciadamente no le caerá aquí.
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