Una mujer música y espanto
me ha inventado la muerte sin quererlo
se me esconde en la tinta en el volver en la mirada
los muros se cansan sin su nombre
y se echan a endurecer
a recuperar polvo
polvo de una ciudad que no existe sin ella
sus huesos son los huesos del tiempo
una mujer me ha vedado el antojo de ser yo
le ha roto el alma a la mirada
desde los puentes han caído las cenizas
hambrientas del hambriento
la señalaron le esparcieron las culpas en la sombra
y yo no pude envejecer entre sus muslos
su ombligo no atrapó mis manos
la tarde no nos salvó
de lo intocable y de la nada
no consigue un soñarse una mujer
sigue lo prohibido clavado en mis riñones
soy solo y ardo como un accidente
este poema no es otra cosa que un pretexto
para quedarme con ella
aparte en un rincón
están mis labios crudos
esperando.
- Alejandro D. Herrera Sarduy
- FELIZ AÑO 2011
- GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE