En Rosewood regalan sudaderas negras coleccionando las tapas de los yogures o las chicas de Pretty Little Liars están viviendo su propio Show de Truman y están más ciegas que el propio Jim Carrey. La temporada veraniega de la serie de ABC Family se despidió dejándonos claro que A no es una sóla persona y el capítulo de vuelta nos lo confirma. Aquí resulta sospechoso hasta el apuntador.
Pero después de casi tres temporadas completas vemos que a los padres de las protagonistas, al menos de una de ellas, les entra el canguelo al pensar que una de ellas podría morir. ¡Por fin! Cualquier madre española ya habría puesto pies en polvorosa o al menos habría descubierto quién atormenta a su hija. Sólo reacciona el padre de Emily, que lo hace es construir una cárcel en su propia casa y la llave es un Iphone (se sabía que no iba a funcionar desde el principio).
El resto de padres es como si no existieran (A podría haberlos matado hace semanas y ni cuenta nos daríamos). De los de Spencer no sabemos nada, las madres de Aria y Hanna desaparecen por completo. Y a cambio tenemos a una abuela que busca un mayor protagonismo que su nieta y es capaz de marcarse un ‘Barras y estrellas’ en chándal y a un padre más preocupado por su ex amante que por su hija.
Si analizamos esto en detalle tal parecería que A les está perdonando la vida a todas horas, que si quisiera haber matado a alguna de las cuatro o a cualquier persona allegada ya lo habría hecho. Los novios no dan seguridad ninguna porque en cada capítulo vemos a un chico que se inclina hacia la sudadera negra y va a llegar un momento en que el mercado no podrá tener tantas sudaderas como cómplices tiene A.
Pero mejor que sesudos análisis, que aún tenemos capítulos para hacerlo, recordemos las mejores imágenes del último capítulo. Mona, cargando un cerebro de vaca que alguien clavó con un cuchillo a su taquilla caminando entre la multitud del instituto para tirarlo a la papelera mientras el resto lo graban con su smartphone por mucha cara de asco que pongan. Escena propia de alguna de las mejores películas de serie B en la que sólo falta un poco de sangre para hacer el momento aún más pringoso.
Y en el lado estilístico, Aria ha vuelto a sus orígenes. Eso sí, no le debían quedar cosas verdes fosforito en el armario y se ha dado al estampado print y se ha pasado casi todo el episodio combinando las manchas de leopardo con las rayas y embutida cual chorizo. Muy apropiado para la vuelta al cole. Mención aparte para la sudadera con tachuelas. ¿Es una señal de que ella también se pasará al equipo de A?