Los accidentes constituyen la causa más frecuente de mortalidad en niños. En la mayoría de los casos de accidentes la causa es producto de la desinformación, imprevisión o franca negligencia de los adultos.
Dentro de los accidentes ocasionados muchos resultan fatales produciendo la muerte del niño. Así mismo, los que no ocasionan la muerte, pueden dejar secuelas irreparables u otras que requieren de largos periodos de recuperación, que implican un gasto económico y social considerable, además de un desgaste emocional y psicológico que alcanza a toda la familia.
Por tal motivo a continuación se detallan algunos consejos para evitar este tipo de accidentes.
Es primordial evitar situaciones donde: los mangos de utensillos de cocina asomen de la mesada o cajones mal cerrados, cubiertos y elementos cortantes estén a la vista de niños, artefactos eléctricos, envase de productos de limpieza o tóxicos, comidas y líquidos calientes al alcance de la mano, enchufes sin cobertor. También es importante evitar los ahogamientos por sumersión en el baño, intoxicaciones por monóxido de carbono por estufas o calefón, traumatismos por caídas, quemaduras con agua caliente o calefactores, electrocución al manipular secadores de pelo, evitar armas, tijeras, fósforos en los cajones de mesas de luz, controlar los ventiladores no dejándolos al alcance de los niños.
A su vez en balcones y terrazas hay que evitar las caídas por barandas flojas, baldosas levantadas o rotas. En el patio o jardín hay que protegerlos de herramientas de jardinería, tendederos y sogas, a la vez hay que tener sumo cuidado con las plantas por el riesgo de toxicidad y en piletas se debe evitar los ahogamientos.
En lo que respecta a la calle es importante sujetar fuerte la mano del niño, abrocharle el cinturón de seguridad en vehículos y que nunca viajen adelante; en motos y bicicletas usar cascos.