Intervenciones, que tienen incluso efectos muy modestos a nivel individual, podrían reducir drásticamente en la población la carga futura de demencia asociada a enfermedad de Alzheimer. En las últimas tres décadas, intervenciones farmacológicas y de estilo de vida, se han estudiado para la prevención del deterioro cognitivo o demencia en ensayos controlados aleatorizados de individuos en su mayoría de edad mayor de 50 a 55 años, con o sin los factores de riesgo para enfermedad de Alzheimer. Varios ensayos que probaron los efectos de la actividad física, entrenamiento cognitivo o intervenciones antihipertensivas mostraron cierta evidencia de eficacia en resultados finales primarios de cognición. Sin embargo, la mayoría de estos ensayos tuvieron períodos de seguimiento cortos y se necesita más evidencia para confirmar la eficacia y establecer el diseño óptimo o la dosis de las intervenciones y las poblaciones destinatarias ideales. Innovaciones importantes en los ensayos en curso incluyen el desarrollo de intervenciones multidominio y el uso de biomarcadores o criterios de inclusión genéticos. Los desafíos incluyen el uso de diseños de ensayos adaptados, el desarrollo de medidas de resultado estandarizadas sensibles, estandarizados, y la necesidad de intervenciones que pueden ser implementadas en entornos de escasos recursos.
Compartir el post "Prevención de Enfermedad de Alzheimer esporádica: lecciones aprendidas de ensayos clínicos y direcciones futuras."