Muchas madres se obsesionan, descansan mal y se acercan a la cuna a cada rato para comprobar si sus hijos respiran. La muerte súbita del lactante se produce por asfixia accidental durante el sueño, por enfermedades genéticas e infecciones, aunque en algunos casos, las causas no están del todo claras.
Actualmente ya hay evidencia científica de que dormirlos boca arriba es hasta 20 veces más seguro que dormirlos boca abajo, ya que la primera posición “no predispone a la aspiración de un posible vómito, como se creía anteriormente”, explicó la titular de la Dirección de Maternidad e Infancia del ministerio de Salud bonaerense, Flavia Raineri.
Agregó que, por el contrario, “la posición boca abajo favorece la reinhalación del propio aire espirado, es decir, del dióxido de carbono, y a su vez aumenta el sobrecalentamiento corporal”.
Hasta hace poco tiempo, algunos pediatras recomendaban poner al bebé de costado. Pero ahora no porque esa posición es muy inestable: el chico puede darse vuelta y quedar boca abajo sin que los papás se den cuenta.
Los bebés tienen que dormir con sus padres al menos hasta los seis meses. Pero, insisten los especialistas, esto no significa dormir en la misma cama, ya que está probado que este hábito suele ser motivo de asfixia.
“Tanto el dormir con los padres como con hermanitos aumenta el riesgo de que el bebé pase a boca abajo o que sea aplastado durante el sueño”, detalló Estela Grad, referente de la Dirección de Maternidad e Infancia de la provincia. Agregó que el riesgo se incrementa aún más cuando alguno de los padres toma medicación, fuma o bebe alcohol, porque suelen ingresar en un sueño pesado que les disminuye el nivel de alerta necesario frente a los requerimientos de un bebé.
Según explicó la especialista, el bebé debe tener su propia cuna o moisés con un colchón firme, que encaje bien en la cuna para que no haya riesgo de que la cabeza del bebé quede encajada en el medio. Además, para evitar el riesgo de asfixia hay que dejarles los bracitos por fuera de las sábanas y colchas y evitar las frazadas o mantas demasiado gruesas. Estas medidas disminuyen el riesgo de asfixia.
Finalmente hay que dejar los juguetes fuera de la cuna porque suelen ser motivo de asfixia. Ni peluches, ni muñecos, ni sonajeros. Esta medida, además, sirve para que el bebé comience a distinguir los momentos de sueño y de vigilia.
Los pasos para prevenir la muerte súbita en lactantes :
- Colocar al bebé siempre boca arriba para dormir
- Compartir la habitación pero NO la cama, porque tiene más riesgo de que sea aplastado durante el sueño.
- Preferir un colchón firme, que encaje bien en el marco de la cuna (sin espacio entre colchón y barrotes o soportes laterales); la cabeza del bebé puede quedar encajada allí.
- No usar frazadas ni colchas gruesas; si la cabeza del bebé queda tapada por ellas se puede asfixiar. Al ser muy pequeño puede no capacidad para retirarla.
- No les ponga almohada porque el bebé puede tapase la cara con ella y sofocarse.
- No coloque peluches ni juguetes de ningún tipo en la cuna: son peligrosos y además la cuna es un lugar para dormir, no para jugar.
- Tápelo con una colcha liviana y pase los brazos del bebé por arriba de la colcha.
- Mantenga una temperatura moderada en la habitación: el sobreabrigo y la calefacción excesiva aumentan el riesgo de muerte súbita.
- No al tabaco prenatal y postnatal: si la madre fumó durante el embarazo, su bebé tiene más riesgo de sufrir una infección respiratoria grave.
- Si el bebé se convierte en un fumador pasivo, pierde su defensa de barrera en el aparato respiratorio ante virus y bacterias.
- Uso del chupete: existe evidencia de que sería protector porque favorece un sueño más superficial y dificulta el pasaje a boca abajo del bebé. Se recomienda colocarlo recién a partir del mes de vida, con lactancia establecida.
- Lactancia materna: un bebé que toma leche materna tiene mayor alerta, está más protegido ante las infecciones y tiene un mejor sistema inmune.
- Mantener vacunas al día: está demostrado que el tener todas las vacunas colocadas y sin demora disminuye el riesgo de muerte súbita.