La falta de percepción de riesgo a la infección por Hepatitis C unido al retraso en el diagnóstico precoz y las dificultades de acceso a los tratamientos innovadores, que llegan a curar la infección en el 70% de los casos, son los principales motivos por los que el número de personas con Hepatitis C en España se está incrementado de manera uniforme debido a las nuevas infecciones que se producen cada año.
En nuestro país hay aprobados dos nuevos fármacos de administración oral contra la hepatitis C, y los Comités Evaluadores en las Comunidades Autónomas están poniendo trabas administrativas para que los pacientes puedan acceder a dichos tratamientos por falta de presupuesto, a pesar de cumplir los criterios clínicos fijados por el Ministerio de Sanidad para priorizar los casos más graves. Carlos Varela, secretario general de CESIDA, afirma que “teniendo en cuenta el gasto sanitario a medio y largo plazo, derivado de los ingresos, trasplantes, urgencias y cuidados de estos pacientes, es inadmisible que las administraciones públicas dificulten el acceso a un tratamiento que puede llegar a curar la infección utilizando el argumento económico a corto plazo”.
Pacientes coinfectados por VIH y Hepatitis C
La primera causa de muerte en las personas coinfectadas por VIH y hepatitis víricas es el fallo hepático, por lo que estas personas que podrían beneficiarse de los nuevos tratamientos, son abocados en muchos casos al trasplante, que no elimina el virus C y supone un coste por cada trasplante 5 veces mayor que el de la triple terapia, además de la necesidad de un exhaustivo seguimiento del paciente trasplantado.
Carlos Varela señala que “después de que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad haya recortado un 20% las subvenciones destinadas al fomento de la donación y trasplante de órganos, la situación de muchos pacientes con VIH y Hepatitis C es crítica porque es la única alternativa terapéutica”.
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