Cuando existen antecedentes familiares de alergias alimentarias, los padres siempre se cuestionan: ¿es posible prevenir la alergia a la leche en un nuevo bebé?
La prevención hace referencia a las medidas a adoptar para evitar desarrollar una alergia.
¿Qué hacer para evitar que un niño desarrolle una sensibilización y luego aparezcan los síntomas alérgicos?
En este artículo NO HABLAMOS DE MEDIDAS A ADOPTAR EN NIÑO YA ALÉRGICO A LA LECHE, sino sobre si existen medidas de prevención para evitar que un niño desarrolle la alergia.
El tema de la prevención de la alergia es objeto de discusiones y controversia en el mundo médico. No hay datos objetivos infalibles por lo que tomar decisiones resulta complicado. Todavía queda mucho por conocer del mundo de la alergia.
Tener antecedentes familiares de alergia es un factor de riesgo para que el nuevo bebé también sufra alergia. Los porcentajes son variables según la fuente: en general, si un padre es alérgico las posibilidades de alergia en hijo están entorno al 40%; con los dos padres alérgicos, sube al 60% de aparición de alergia en el niño.
Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP), el hecho de que una madre embarazada haga dieta exenta de lácteos o durante la lactancia, no parece influir en la aparición de la alergia a la leche en el nuevo bebé.
Ocurre que la alergia a la leche puede aparecer a los pocos días del nacimiento por lo que se sospecha que puede desarrollarse durante el embarazo. Es por eso que en ocasiones se han adoptado medidas preventivas durante el embarazo y lactancia.
Sin embargo, la evitación del alérgeno por parte de la madre no ha mostrado apenas eficacia en la no aparición de alergia. Por lo que no se suele recomendar en general dieta especial para la madre embarazada o dando lactancia.
Si el bebé va a alimentarse mediante lactancia artificial, el uso de una leche tipo extensamente hidrolizada (especial) otorga cierta protección para que no desarrolle la alergia PLV.
La SEICAP ofrece estos datos: Entre niños de riesgo teórico, en torno al 85% de los que toman leche artificial normal y el 93% de los que toman leche hidrolizada (especial) no desarrollan APLV. Lo que demuestra una cierta eficacia de la medida preventiva.
Sin embargo, las medidas expuestas siguen siendo a día de hoy objeto de debate, por lo que es preciso analizar en cada caso con el especialista las ventajas e inconvenientes de adoptarlas, cuánto tiempo mantenerlas y cuándo abandonarlas.
Hay conformidad en que el uso de lactancia materna frente a lactancia artificial protege frente a la aparición de la alergia PLV. Sin embargo, no está tan claro a partir de los 4 meses de edad. En todo caso, en general los síntomas alérgicos suelen ser menores en bebé alimentado de forma natural.
Por otra parte, el suministro de forma intermitente de biberones de leche artificial en lactante con leche materna sí ha demostrado ser un factor de riesgo en la aparición de APLV.
Está claro que la prevención no es efectiva en todas las personas y en algunas aparecerá la alergia pese a todas las medidas. En otros casos con riesgo si no aparece, nunca sabremos muy bien si se debió a la prevención o a una evolución espontánea del individuo.
En todo caso, la SEICAP informa de que las medidas de prevención para el caso de la alergia de la leche de vaca no se mantengan a partir de que el niño cumpla un año de edad.
Fuente | SEICAP
Foto | jean_victor_balin