Queramos o no, las picaduras de insectos, y sus reacciones alérgicas entre niños y adultos, aumentan en verano. La palma se la llevarían los mosquitos, (cada vez más y más voraces) seguidos de las avispas, abejas o algún tipo de moscas.
Por no hablar de las medusas (aunque estas no son insectos), tan frecuentes en el mar, aunque éstas últimas, no pican, sino que, al rozar su cuerpo con la piel, desprenden unas sustancias urticantes de mayor o menor envergadura. Pero no todo el mundo reacciona positivamente igual a ellos. Pero dejemos este tema para otro post.
Con el calor de las casas, (y cuando no se disfruta de aire acondicionado) uno de los primeros remedios puede consistir en poner mosquiteras enrollables para puertas y ventanas.
Estos insectos pueden provocar noches de insomnio, estropear una estupenda siesta y lo que es peor, causar unas molestas picaduras que en algunas ocasiones pueden tardar varios días en curarse. Con protecciones en ventanas y puertas se pueden evitar males mayores.
Para ahuyentar a los mosquitos de forma natural y menos agresiva que con los insecticidas convencionales, también podemos contar con unos fabulosos repelentes naturales: los aceites esenciales y plantas naturales.
Tanto el aceite esencial de citronela como el de geranio son repelentes naturales de los insectos. En cuanto a plantas, podríamos nombrar la citronela, la albahaca o la caléndula. (Todas ellas muy aromáticas y agradables para las estancias estivales).
Por supuesto, también puedes usar los aceites esenciales en las lamparitas para quemar esencias, vaporizadores o difusores de aromaterapia, vertiendo entre 5 y 10 gotas, media hora antes de acostarte. Esto difunde en el ambiente un perfume agradable para las personas, pero molesto para los insectos, protegiéndonos de ellos.
Pero una vez que ya hemos sufrido de sus picadaduras de los mosquitos, las reacciones locales en la piel se manifiestan con enrojecimiento, hinchazón y dolor de la zona afectada. Aunque pueden ser muy intensas, si la inflamación no sobrepasa dos articulaciones, no son peligrosas y lo único que requieren es limpieza de la zona con agua y jabón, se puede aplicar amoniaco y frío local, además de tomar por boca, antihistamínicos y corticoides. A veces estas reacciones locales intensas dependen de una gran sensibilidad de la piel del niño que se llama dermografismo y no de una reacción alérgica.
Por su parte, las reacciones sistémicas implican gravedad y síntomas más allá de la zona afectada con la aparición de urticaria generalizada con habones y mucho picor, con inflamación de los ojos y la boca, estornudos y mucosidad, lagrimeo, dificultad para tragar y respirar, mareos, bajada de tensión y pérdida de conocimiento. Esto es lo que se conoce como reacción anafiláctica que puede ser muy peligrosa para la vida. En este caso, no dudéis en acudir de inmediato a urgencias médicas para valoración por el equipo médico y completar el tratamiento si fuera necesario.
Para combatir el picor de estos molestos salpullidos puede utilizarse loción de calamina, un preparado exclusivamente para uso tópico (externo), normalmente compuesto por calamina, glicerina y agua (puede llevar más ingredientes), que se utiliza para aliviar la picazón, el dolor y las molestias debidas a estas irritaciones leves de la piel.
Como curiosidad, la loción y/o crema de calamina también contiene el ingrediente activo óxido de zinc, que tiene un efecto calmante y también tiene propiedades antisépticas que ayudan a evitar que la infección vaya a más (y con ello, el picor y las ganas de rascarse).
Pero eso no es todo, la calamina posee propiedades astringentes suaves, antisépticas, protectoras, absorbente de humedad y secreciones, a la vez que actúa como suavizante de la piel.
Es refrescante y ayuda en las erupciones de la piel producidas por una mala digestión o una intoxicación leve alimentaria (por ejemplo: mejillones, leche o queso). Pero ¡ojo! La loción y crema de calamina son para uso externo solo en la piel. No debe tomarse NUNCA por vía oral.
También puede utilizarse en el tratamiento de quemaduras (solares o no), eritemas, dermatitis, eczemas, prurito, picaduras de insectos (o medusas) y en general, en todo proceso donde se requiera astringencia y poder secante. Como detalle curioso, conozco a personas que utilizan la calamina para combatir el acné (En esos casos mejor comentar con un dermatólogo).
Como he dicho antes, la calamina solamente se debe usar para uso externo. Nunca debe tragarse y no debe ser usada alrededor de los ojos o membranas mucosas (interior de la boca, nariz o genitales). Tampoco debe usarse si hay heridas en la piel.
No se conoce que la calamina afecte a otros medicamentos.
Si se utiliza durante largos períodos de tiempo puede resecar la piel y producir irritación (por efecto rebote), por lo que es conveniente que consultéis con un profesional de la salud si vuestro problema no se soluciona a los pocos días.
Pero, como más vale prevenir que curar, mejor intentar evitar que entren los mosquitos e insectos en el hogar y protegerlo con aceites y plantas aromáticas. ¿Y vosotros? ¿Sufrís los engorros de los insectos en verano? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!
Besos desde mi blog!!!!
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