El cáncer de piel es uno de los más agresivos que existen, y aunque en los últimos años se están extendiendo muchas campañas y advertencias para prevenir estos tipos de melanoma, mucha gente se sigue viendo afectada.
La mejor prevención posible, antes de pasar a los consejos alimenticios, es, cómo no, reducir la exposición solar en la medida de lo posible, así como utilizar siempre cremas protectoras (con filtro solar y un factor adecuado). No obstante, existen varios alimentos habituales que encontramos en cualquier nevera y de los que nos podemos beneficiar, así que atento a los que siguen:
Té verde
Esta mágica bebida dispone de algunos compuestos que, de acuerdo a varios expertos, ayudan a bloquear la creación de tumores cancerígenos. Su modo de uso es sencillo: con anterioridad a la toma del sol, aplicaremos sobre nuestra piel apósitos embebidos en infusión de té verde, para extender posteriormente sobre la piel seca nuestra crema protectora habitual.
Aceite de oliva
En este caso simplemente debemos aliñar nuestros platos habituales con este “oro líquido”, y es que un consumo adecuado de aceite de oliva virgen extra mantiene la hidratación y la resistencia de la piel, y proporciona buenas dosis de vitamina E, indispensable para neutralizar la acción de los radicales libres.
Tomate
Además de luchar contra las lesiones producidas por los rayos del sol, el tomate contiene vitamina C, nutriente que se ha demostrado que previene efectivamente el cáncer de piel.
Nísperos
La vitamina A, presente en buena cantidad en los nísperos, no sólo previene el melanoma solar sino que además ayuda a renovar las células de la piel. Tres o cuatro al día son suficientes.
Áloe vera
Terminamos con este compuesto que viene de perlas para utilizar a modo de “after sun” natural. Extiende un poco de gel de áloe vera en las zonas dañadas por el sol y notarás como te alivia el dolor de la misma forma que acelera la recuperación de la piel dañada.