La red, es una auténtica locura para quien inicia sus pasos en ella, donde el concepto de atracción de afines y la detección de interesados en tu ofrecimiento, no sigue las mismas sendas que establecen las reglas de la Imagen Corporativa.
Para una agencia de eventos que ve, como tiende a paralizarse todo en noviembre del 2009 y que escucha motivos tipo "No hay dinero" "Hay dinero pero no es el momento de..." descubrir las redes y elegir lanzar una propuesta diseñada en base a la observación directa que de la contratación del evento se había estado haciendo generando carencia, fue el primer paso para empezar a juguetear con unos conceptos "nuevos" que detectaban una necesidad que aún no tenía fórmulas de implantación en los sectores que más lo necesitaban.
Valor de Reputación = Valor Funcional + Valor Emocional + Valor de Responsabilidad Social Corporativa que, debía poner en pie, personal Branding.
Cuando, simplemente buceas los conceptos y has formado, formas parte de la comunidad artística, salta a la vista la increíble similitud en objetivos y búsqueda de resultados que planean entre personal Branding y las artes, consideradas, escénicas, sin embargo, contrasta observar como el hábito y la rutina de los equipos artísticos toma la tarea como un reto que consideran cómodo, ante el increíble miedo que brota de los estamentos empresariales que deben acometer la tarea de implantación, en cualquier modelo de negocio.
Ofrecer asesoría, ha desatado una cadena de acontecimientos y sucesos que hablan de las creencias que están sosteniendo el "miedo" a la implantación, aún cuando se asume, con toda claridad que es una necesidad prioritaria porque delimita la salida única a los momentos de actual crisis. La expresión que relentiza los procesos de implantación, terminan pasando, siempre, por la creencia en que, acomodar, simplemente, los conceptos a los viejos hábitos del marketing y todas sus estrategias, a la construcción, simple, de una Imagen más cercana, arreglará los actuales problemas detectados, en todos los puntos de encuentro y la sospecha de error garrafal, termina apareciendo, en cuanto, eres capaz de enumerar los fracasos estrepitosos que se están sucediendo, cada vez que sale a pista, una de estas nuevas fórmulas.
Enumerar errores de implantación, hace desembocar, rápidamente, a la plaza de la parálisis más absoluta y, de resultas, termina reflotando el deseo de cambio, pero un cambio, tan absolutamente lento que, puede tardar, una década que nuestras estructuras empresariales consideran que, es ir ya, a la velocidad del rayo.
No es cierto, el cambio, no sucederá, el cambio ya sucede y no se tendrá esa década para observar como cambiará todo el paisaje conocido. La lectura que preconiza 10 años para ver, la nueva realidad, se sustenta en base a indicadores erróneos o faltos de información veraz y seguirá así, hasta que la necesidad de crecimiento en beneficios, siga siendo tal salvaje, como para evitar ver, exactamente, que está pasando en el entorno donde se vive.
El entorno donde se vive, no crece, no consume. El entorno donde se vive, está al tanto de todos y cada uno de los movimientos que genera un discurso corporativo y sus consecuencias, es consciente de las estrategias, capaz de desmontarlas, está cansado de "cierto" tipo de resultados y difunde, se sepa como o no, guste o no ... más allá de las escasas oportunidades que da una llamada de teléfono, un correo electrónico o un perfil en Facebook y además, es capaz y ya lo está haciendo, de organizarse para procurarse los mismos servicios y productos, tanto en gestión socio-política, como en conceptos empresariales, levantando estructuras y sistemas de producción y distribución alternativos, creados por ellos mismos, al margen de las entidades corporativas habituales.
¿Cuantas macroencuestas costosas se necesitan para detectar el Valor de Responsabilidad Social Corporativa que hay que vender, según el interés del personal del que acerca una nueva estrategia a la junta directiva? ¿Cuantas "oportunidades" de venta de rsc o Imagen se pueden perder en los medios de comunicación tradicionales? Tantas, como fracasos se deban obtener antes de elegir entre desaparecer o efectuar rápidamente el cambio.