Si algo tengo claro con el asunto de las primarias en España es todo el camino que nos queda por recorrer. La Constitución se encargó de recortar al máximo la participación popular en la democracia. El dicho “vota y no te metas en política” parece haber cuajado en la cultura política del régimen del 78. Apenas echamos a andar. Así se hace el camino.
Me pregunta alguna gente por qué he hecho público mi voto por Lola Sánchez y otras candidatas que vienen del Frente Cívico para las primarias de Podemos. Hay muchas preguntas sin responder. ¿Debiera callar por ser uno de los impulsores de esta iniciativa o, muy al contrario, debiera hacer oír mi voz expresando qué busco con esta iniciativa? ¿Es tan débil la independencia de los votantes que no pueden escuchar qué van a hacer otras personas? ¿Son las primarias procesos genuinamente democráticos? ¿Pueden competir las individualidades con estructuras de partido o grupos consolidados que apoyen a alguna candidata? ¿No forma parte de un proceso de primarias que todo el mundo exprese sus preferencias?¿No forma parte la polémica de la gran conversación que irá construyendo una estructura de consulta popular donde todos nos sintamos representados?
Las primarias siempre tienen la virtud de generar emoción en los que perdieron la fe en los políticos profesionales. Al mismo tiempo, encuentra una severa oposición en los burócratas y aparateros, que sienten que pierden el control de sus garbanzos. También terminan las primarias invariablemente con un sutil halo de decepción en los que piensan que son el bálsamo que todo lo cura. Sin olvidar que al ser una competición a la interna de los que piensan de manera muy parecida, se producen heridas dolorosas que pueden tardar en curar. No es extraño que los partidos cartelizados no quieran hacerlas. Prefieren ser pocos y bien avenidos que muchos y discrepantes. Las primarias son procesos complicados. Como la democracia auténtica. La organización y la participación están constantemente en pugna (y a veces la participación no está guiada por la ideología, sino por inclinaciones de muy diferente índole no siempre virtuosas). Las primarias son, que duda cabe, condición necesaria en nuestras vacías democracias, pero no son condición suficiente.
Las primarias buscan compensar el problema central que tienen las democracias representativas: unos pocos deciden por todo el pueblo. Como se representa lo que no está (si estuviera, se representaría a sí mismo), quien representa al pueblo está dejando al pueblo fuera. Lo vio con claridad Rousseau cuando dijo que los ingleses eran tontos porque creían que eran libres votando, cuando solo eran libres una vez cada cuatro años.
Unas primarias sin algún tipo de organización se convierten en mera emocionalidad, esencial para romper el hartazgo con la política tradicional pero incapaz de levantar una alternativa que desborde el rodillo de los partidos tradicionales. Las soluciones políticas van a venir todas, si queremos que trabajen para la emancipación, de la construcción de un doble vector: uno representativo, que cree un estado social y democrático de derecho decente, y un vector experimental que funcione como un exigente 15M que desde fuera de las instituciones representativas invente, experimente, autogestione y fiscalice al vector representativo.
En las primarias de Podemos hay mucha emoción y no menor discusión metodológica. Toda la gente que participa en este proceso está orientada por una voluntad de cambiar nuestra sociedad. Les guía, además, la buena fe, porque cuando nace un proyecto son más las dificultades que los beneficios, de manera que quien participa tiene más presente la solidaridad y el compromiso que el interés particular. Pero como Podemos está, en expresión de Jesús Montero, cortando el patrón del traje al tiempo que lo dibuja, siempre hay dificultades.
Esta noche, a las 24:00, se termina el proceso de primarias que, seguramente, más emoción ha despertado en la historia de nuestra reciente democracia (esa que apenas ya merece ese nombre). Más allá del silencio de los grandes medios, una discusión ha acompañado el vertiginoso proceso. ¿Pueden los impulsores expresar sus preferencias por alguno de los candidatos? Yo he entendido que sí. No porque los demás no lo merezcan (insisto en que este proyecto está lleno de buena fe), sino porque hay un matiz que no hemos terminado de consolidar. En Podemos han convergido decenas de miles de personas sin adscripción política y también gente que ya militaba en alguna organización. Es el caso de Izquierda Anticapitalista (que en su última comparecencia electoral sacó 23.000 votos). Izquierda Anticapitalista, como grupo organizado, optó por dar apoyo a dos candidatos a las primarias de Podemos (Teresa Rodríguez y Miguel Urbán) y para ello puesto su aparato al servicio de este objetivo. ¿No le otorga esto una ventaja clara respecto de los demás candidatos? Es evidente, pero no puede evitarse que la gente converja en determinados intereses. De la misma manera, desde otros espacios se han utilizado los recursos propios para expresar simpatías. En la expresión de esa voluntad, el conocido actor Alberto San Juan (buen amigo) pidió el voto para los candidatos de IA, aunque había protagonizado el vídeo explicando a todo el mundo cómo se votaba en las primarias. En las primarias en Estados Unidos cada cual utiliza los recursos que puede, pues se trata de una competición donde se busca ganar. Y es verdad que ahí se cuelan, incluso en las más “puras” organizaciones, maneras propias de los partidos clásicos.
En ese contexto, tanto Pablo Iglesias como yo mismo hemos mostrado nuestras preferencias por algunos candidatos, en especial, en mi caso, por Lola Sánchez, Amelia Martínez, Estefanía Torres, Beatriz Rilova y Tania González (tuve que renunciar a Pablo Echenique, que me parece espectacular, y Jiménez Villarejo, ejemplo de honestidad).
En mi caso, las razones son muy claras. Como del proceso de Podemos me interesa principalmente la tarea de reconstrucción de las fuerzas críticas en el estado español, creo que es mucho más sencillo hacerlo con eurodiputadas que no vengan de formaciones políticas ya existentes. No dudo de la calidad humana y política de ninguno de los candidatos de las primarias, pero la gente por la que he apostado es la que, creo, mejor podría desarrollar esa tarea de empezar a sumar en serio para frenar la ruptura del contrato social que estamos viviendo.
Podemos no es la izquierda de la izquierda. Para eso hay ya mil siglas. Podemos tiene sentido en tanto en cuanto sea capaz de sumar más allá de los esquemas tradicionales de derecha e izquierda. De ahí que necesitemos una amplia visión que nos evite caer en cualquier sectarismo. Aunque existan mil razones –entre ellas, 6 millones de razones en forma de paro- para habitar en los sectores más radicales de la izquierda.
Sabemos que quien dice que no es ni de derechas ni de izquierdas suele ser una persona de derechas, de la misma manera que quien empieza una frase diciendo “yo no soy racista, pero…” suele ser profundamente racista. En la resistencia de Gamonal había gente que había votado al PP. ¿Sobraban en esas luchas ciudadanas los que habían dado la mayoría absoluta a la derecha? Mucho votante del PSOE y del PP están defraudados por haber apoyado a esos partidos. ¿Qué es más importante, ganarles para la lucha contra la Troika o poner etiquetas de pureza ideológica? Por eso Podemos ha apostado por mirar más en el eje arriba-abajo. No porque no sepamos de dónde venimos, sino porque entendemos que es más importante a dónde vamos.
Me interesa Podemos en tanto en cuanto sea capaz de reinventar la democracia de este país (incluido el hecho de que somos un país de países que tiene que ganarse a los otros países que quieren marcharse). Para ello, hace falta que a partir del 26 de mayo quienes pasen a impulsar este proyecto estén dispuestos, sobre todo, a dialogar para buscar ese encuentro. Y para esa tarea creo que es más adecuada la gente que tiene menor peso en la mochila. De ahí mi apoyo a Lola Sánchez y demás compañeras. Sea cual sea el resultado de las primarias, Podemos ha despertado muchas ilusiones que las discrepancias no deben entorpecer. Si coincidimos en el objetivo sólo hace falta que mucho pueblo lo comparta. Ahí es donde realmente vamos a encontrarnos. Hoy a las 24:00 se termina la votación. Haz ese esfuerzo, entra en https://primarias.podemos.info/, vota y a partir de mañana empezamos la siguiente etapa.