Revista Libros
La primavera había llegado a su corazón tras un largo y frió invierno, los ojos de su amada, se encargaron de descongelar su corazón, lleno de ternura estaba dispuesto a cualquier cosa que ella decidiera, la voz de su amada era el sedante más poderoso que conocía y solo ella le llenaba de amor.Tenía celos de su ropa, del aire que entraba en sus pulmones y de todo aquello que le alejara de ella y se odiaba a sí mismo por no romper el hielo y desvelar los secretos de su mente, se sentía enajenado por todo lo que ella significaba.Quería descubrir los secretos de su mente.Tenía celos de sus ausencias y sus silencios.Sobre mi corazón, ha nacido el fuego de la pasión, la sangre fluye alegremente tras la visión de sus ojos y su sonrisa, me siento prisionero del tacto de piel y del licor de sus labios.Quiero ser un naufrago en la isla de su cuerpo y explorar todos y cada uno de los rincones de su cuerpo, me gusta la suavidad de su pelo y la perfección de sus gestos.Quisiera ser el capitán que vive en su corazón y darle lo mejor de mí mismo, pero solo tengo las ganas, no tengo dinero, no tengo pasado y ya no me quedan lagrimas para llorar sus ausencias y tampoco tengo su compañía y desde entonces los días me resultan fríos.De mi boca ya no brotan mas palabras para ella, ya no sé que puedo darle solo el silencio vive a mi lado.He aprendido a vivir con su recuerdo pero no es suficiente.