Revista Libros
Selección de crónicas de Joseph Roth para la prensa de Viena, una de las mejores ciudades que he pisado jamás. Algunos de esos textos me interesaron y, otros, no tanto (creo que, para la época, estaban bien, pero algunos han quedado obsoletos). Gracias a su pluma recorremos la Viena posterior a la Primera Guerra Mundial. Roth se ocupó mucho de los cafés y también de las gentes del arroyo:
Son hijos de la calle. La calle es su hogar y su techo, su origen y su destino. Son ellos los que dan a la calle su fisonomía y singularidad, forman parte de ella como las farolas, el adoquinado, las isletas, las columnas publicitarias, los obeliscos y las marquesinas de las paradas. Son el mobiliario de la calle, de la fábrica: la vida los engendra y los despilfarra como populacho en la gran ciudad. El ciudadano pasa todos los días ante ellos, indiferente y obtuso, los esquiva como a un árbol al borde de la calle o un bordillo y se detiene cuando uno de esos muebles abre la boca o la mano.
[Traducción de Carlos Fortea]