Foto: Carmenlourdes Fernández
A pesar de las líneas telefónicas, que parecen tejidas por una araña diabólica empeñada en entorpecer la comunicación, conseguimos conectar con las cuatro voluntarios que ahora mismo comparten tiempo, risas, trabajo y afectos con Daryalha, Memona, Larossi y los niños de Smara.
En breve nos mandarán su propia crónica desde los campamentos, pero mientras llega y no, un avance de las actividades que desarrollarán en estos días de vacaciones de primavera, en los que las escuelas permanecen cerradas, pero no así el Bubi que, lejos de pararse, abre sus puertas de par en par cada mañana de 11 a 1.30 y cada tarde de 5 a esa hora en la que ya el sol cae por completo y los niños poquito a poco van regresando a sus jaimas.
Tanto Hugo y María como Jose y Julia, han llegado cargados de materiales y de novedades para que otra semana más, Smara vibre con historias cuyos personajes hablan en español del mar, de lejanos países, de célebres piratas, de peces y de playas…
Pero no solo eso, además, obras de teatro que van grabando en video para que, una vez aquí, todos podamos disfrutarlas. Globoflexia en las manos de Julia, una niña de doce años que sabe encandilar con sus figuras a quien la contempla. Y, cómo no, el Kamishibai, esa peculiar técnica japonesa de contar cuentos, que hoy se ha estrenado en Smara con Jose, un verdadero maestro en este arte de narrar.
Muchas cosas, sí. Buen ambiente, muy bueno. Y ganas, sobre todo ganas, de disfrutar y de hacer disfrutar del Bubisher.