Revista Cultura y Ocio

Primer aniversiario de la carrera de cine de la UAP

Por Luisritx @luisritx
Lo han dicho muy bien mis compañeros. Han descrito el espíritu que nos impulsa en esta Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales. Debo decir que yo no soy de ese núcleo fundador, yo llegué después, en las condiciones que relataré a continuación. Un día, después de que fue aprobada la carrera, me llamó Enrique, coordinador de la licenciatura en Cine de la Autónoma de Puebla, y el estómago me dio un vuelco.
Es justamente una historia de película. No de esas películas taiwanesas que paso en clase, es como de los Blues Brothers, o de los Muppets. Yo había dejado de dar clases de cine en la universidad privada. Les diré la razón. Mi trabajo era el más fácil del mundo. Yo era el adjunto de los maestros de Lenguaje del Cine, ganaba más o menos el triple de lo que ahora gano en la UAP, pero no me gustaba. Lo que hacía era dibujar, escuchar la clase de mis compañeros --excelentes compañeros, eso sí-- y decir algo, a veces, tasado al tabulador más alto de la universidad.

ilustración de luis ricardo ramos

El ideario de ARPA UAP, libreta de Luis Ricardo

La vida fácil nunca me ha gustado, de manera que pedí a nuestro coordinador dar alguna clase por mi cuenta, pero no había mucho lugar, de manera que me fui separando. Afortunadamente para mi vida financiera, había recibido una plaza de maestro en la SEP. Daba "Historia de la Educación en México". Así estaba yo, hablando de Justo Sierra y del Tepochcalli; sindicalizado, escalafonario, basificado, cuando recibí la llamada de Enrique: "Maestro Ramos, deje usted lo que está haciendo, su carrera no está acabada, su sueño continúa, puede usted volver a volar y a gozar del insomnio creativo que lo levanta del piso a treinta centímetros, porque la hora de la Historia ha llegado". Palabras más, palabras menos.
Luis Ricardo luisricardo.com

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