Hoy comienza el curso en las Escuelas Infantiles de Salamanca. Nosotras, Coquito y yo, hemos intentado ir lo más valientes posible...
Yo tengo claro que va a ser un proceso de adaptación complicado porque la nena es bastante dependiente y demandante, algo que os he contado en varias ocasiones.
Pero a mi incertidumbre se sumaba el hecho de que el período de adaptación no es como me hubiera gustado. He oído que en muchas guarderías o escuelas se permite a los padres estar con los peques el primer día para que el lugar y la gente no les resulte extraño cuando estén solos.
Aquí nada. Debo abandonar a mi hija sin ver cómo reaccionará. Todo lo que pase ahí será siempre desconocido para mí.... (y sí, escribo esto porque he salido fatal al dejarla allí hoy).
Hoy hemos ido contentas, hemos llegado de buena mañana y le estado con tanto que el cole tiene un parque muy grande y hay muchos nenes. Esto le ha encantado! De hecho al entrar ha visto ese parque y los niños y ha reaccionado bien. La deje en su clase y la profe le dio un juguete.
Pero según iba a hablar con la directora, sin vernos ninguna, la he oído gritar y llorar. Sé que era mi hija, la distingo entre todos los niños de las diferentes clases. Y yo cual leona me asomé para confirmar que era mi cachorrina, mi Coquito estaba luchando por salir de su cárcel.... No me vio, pero a mí ya me brotaron las lagrimillas...
Consciente de que no podía montar ahí un pollo me di la vuelta pero espere un poco al irme. Ella seguía llorando en la puerta... Y justo se cerraron las puertas y tuve que salir.
Cuando crucé el umbral mire el reloj y vi que faltaba 1 hora y 10 minutos para recogerla, para rescatarla. Esto me hizo llorar y tener ganas de escribir. Necesito contarlo para que me consoléis y para comparar el resto de días en la adaptación de Coquito.
He esperado sentada en un banco esa hora a escasos 50 metros del centro. No me salía ir a hacer nada... (supongo que eso irá cambiando y hasta podré sentir algo de libertad).
Cuando llegó la hora de recogerla... La vi ahí, con la cara roja, pelo mojado, acongojada... Y aunque no hacía falta, pregunté "qué tal ha ido?". Su profe me dijo que MAL, MUY MAL. había estado llorando todo el tiempo, no bebió agua ni comió la galleta. A mi se me pusieron los ojos vidriosos y ella lo notó. Me dijo que alargariamos la adaptación y que era normal si estaba muy apegada a mí. Pero en cuanto salí del recinto no me pude aguantar y rompí a llorar. Puede que fuera la única madre que lo hiciera o no, me da igual.
Sé que tengo que ser positiva pero cuesta con esta perspectiva.
Algo me dice que mañana será peor porque sabrá dónde vamos desde el principio.
Contadme chicas como os sentisteis?