Revista Diario

Primer paseo en el fular Bambuleo

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
Primer paseo en el fular Bambuleo
Una de las primeras veces que puse a Bebé en el fular…

Desde los primeros días en casa he intentado utilizar el fular Bambuleo que me compré estando embarazada en Oh! La Luna, ¡tenía unas ganas locas!. Lo cierto es que no me ha resultado tan fácil como pensaba; los primeros intentos fueron bastante desastrosos, empezando porque la tela se me arrugaba muchísimo y no había forma de meter al niño cómodamente. Tampoco él parecía demasiado contento, se empeñaba en echar la cabeza hacia atrás y era imposible portearle de esa forma. Decidí dejarlo un poco aparcado hasta que pudiera apuntarme a algún taller para resolver todas estas dudas… Pero ayer se estropeó el ascensor y, por tanto, se hizo indispensable el uso del fular para poder salir a la calle: nuestro primer paseo porteando.

Cuando metí al niño, utilizando el nudo preanudado, estaba medio dormido y no puso problemas. Enseguida apoyó la cabecita y así estuvo bastante rato. Lo que sí noté, ya al llegar a la calle, es que quizá no lo había ajustado convenientemente, lo llevaba algo flojo y para mi gusto se movía demasiado y no me sentía segura para realizar determinados movimientos (como subir al Mayor al columpio). De hecho, con el caminar se me fue desajustando y si salí de casa con el niño que podía darle un beso en la cabeza sin problema, cuando llegamos al parque favorito del Mayor lo llevaba ya casi en el abdomen. De todas formas, lo arreglé sacando al nene, ajustando de nuevo y volviéndole a meter.

El problema es que cuando Bebé despertó, empezó a hacer lo de siempre: echar la cabeza hacia atrás, ponerse tieso, estirar las piernas… Vamos, que parecía que quería salir de allí. Así que el camino de vuelta a casa lo hizo entre protestando y llorando.

Como primera experiencia, no obstante, creo que ha sido buena. A pesar de los problemas de ajuste, es una forma muy cómoda de llevar al nene, se reparte genial el peso y no molesta nada (aunque sí da un poco de calor). Asignaturas pendientes: mejorar el ajuste y averiguar por qué no acaba de estar cómodo cuando se despierta.


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