Felipe vi, como le llaman muchos, no es que haya empezado vi-endo bien. Puesto que sus primeros pasos así lo demuestran. Y naturalmente son interesados. Le ha prendido ese virus peperino (del PP) por el que, el pasado –cuando le interesa— hay que olvidarlo y mirar sólo al presente.
Pues bien, el primer acto oficial, según cuentan desde Moncloa, fue una visita de D. Mariano, “ese gran hombre que está engrandeciendo España”–para que quepa más basura, miseria y desvergüenza—. Y el segundo fue una visita de las asociaciones de víctimas de terrorismo.
No es que me parezca mal que se reúna con estas asociaciones que han sufrido lo más grave que se puede sufrir, la pérdida de familiares por parte de bandas terroristas, al revés, me parece bien. Lo que ya no es tan justo y prudente es que mientras recibe a estas víctimas, el rey novato haya hecho caso omiso de las víctimas más antiguas, las que son más mayores, las que además de haber sido víctimas directas de un Estado terrorista, como era el franquista, han soportado el olvido, desprecio y manipulación de la historia, sin haber tenido ningún reconocimiento ni reparación por parte del partido que hoy nos gobierna.
Eso sí es grave, porque indica que sigue los pasos de su padre. Ese que fue coronado por Franco y al que le debía, como él dijo en alguna ocasión, todo lo que era. Y, la verdad, es que era una buena oportunidad para haber podido corregir uno de las mayores afrentas que esta democracia ha cometido. La de olvidar a las víctimas de un régimen totalitario y fascista, sin querer reconocer que fueron asesinados, heridos, represaliados, humillados, vejados, torturados y encarcelados por el simple hecho de ser republicanos, por haber defendido el orden institucional y democrático contra la barbarie franquista.
Lo que quiere decir que, salvo corrección posterior que dudo, esta cuestión quedará de nuevo en el olvido institucional y la nueva monarquía ha desperdiciado una ocasión de reparar ese agravio criminal. Y es que está bien que el rey no gobierne, sino que reine, pero al menos debería hacer gestos que permitieran vislumbrar que hay algún cambio en este nuevo reinado impuesto.
Lamentablemente ya ha perdido dos oportunidades, una en el discurso y otra al no requerir una visita de las víctimas franquistas, al igual que ha hecho con las de los otros terrorismos. Porque no es excusa que los hechos se hayan producido antes de la llegada de la democracia. Con mayor motivo este nuevo rey podría haber reconocido a estas víctimas que llevan más tiempo olvidadas, sin embargo, ha elegido seguir el guión del gobierno y actuar lo que Rajoy y sus muchachos entienden por lo políticamente correcto.
Parece que el camino está marcado. Seguiremos con ese olvido institucional, con un rey incapaz de corregir esta felonía y un gobierno que no quiere saber nada porque en gran parte es heredero del antiguo régimen autoritario, pero no nos van a amedrentar. Aunque cada vez son menos las víctimas del franquismo que siguen con vida, sus familias, sus amigos, la gente de bien no cejaremos en continuar por el camino de la Verdad, Justicia y Reparación. No hay otra. Todo lo demás es una traición a la democracia, la democracia de los que perdieron su vida o fueron represaliados por defenderla, y eso no lo vamos a consentir.
Salud y República