Desde que se anunció la producción de El Hobbit quedó manifiesta la intención de Peter Jackson de ofrecer al espectador un regreso a la Tierra Media como no se había visto en toda la trilogía de El Señor de los Anillos. Además de incorporar las tan de moda 3D (aunque puede que ya en decadencia), Jackson decidió ir un paso más allá y rodar la nueva trilogía a 48 frames por segundo (fps), en lugar de los 24 habituales del cine.
Seguramente os haya pasado al ver alguna televisión del mercado que las imágenes parecen verse grabadas con una cámara digital casera, a veces incluso a cámara rápida. Se trata de un efecto de 48fps que las televisiones producen de forma artificial para dar una supuesta sensación de mayor realismo a las imágenes. Lo de El Hobbit, sin embargo, se trataría de algo muy distinto, pues el material ha sido rodado a esos 48 fps y posteriormente convertido a 24. Sería algo equivalente a la diferencia entre una película rodada en 3D, y otra que haya sido convertida en postproducción. Así pues, la experiencia promete ser sorprendente cuanto menos.
Luke Letellier, hombre habilidoso con las herramientas de postproducción digital, no ha podido aguantar la espera y ha decidido regalarnos una muestra muy similar de la forma en que veremos el El Hobbit en la gran pantalla. Se trata de una conversión del primer trailer de la película a 48 fps que podréis descargar en los siguientes enlaces. Debéis escoger el tamaño del mismo teniendo en cuenta las capacidades de vuestros ordenadores.
Para descargar, Botón secundario + Guardar como…:
Calidad Alta
Calidad Media
Calidad Baja
¿Qué os parece? ¿Creéis que el avance técnico estará a la altura de las expectativas? Si tenéis curiosidad por conocer al detalle el proceso de conversión llevado a cabo, podéis visitar este enlace. Os recordamos, además, que ya están disponibles para su compra las primeras entradas de El Hobbit en sus versiones convecionales (24 fps). Para la versión a 48 fps, que sólo se proyectará en unas salas determinadas, aún hay que esperar un poco más.
Fuente: Las horas perdidas