Es evidente, y así lo afirmábamos en este espacio, que el Sr. Iglesias no ganará las elecciones con mi voto, aunque tenga el de muchos españoles, tantos como el 27.5% según la encuesta de La Ser, que lo sitúa como primera fuerza política, venciendo en las siguientes elecciones generales. Sin embargo, salvo en esta Asturias lejana, los índices de participación de sus simpatizantes y afiliados en la designación de los candidatos, ha disminuido de forma alarmante, lo que confiere un valor relativo a las estadísticas particulares que publica la cadena radiofónica, dada ocasionalmente a los excesos. Quedan muchos meses y tampoco parece que el inerme Rajoy sea capaz de liderar ni su partido ni otra cosa que se le pareciese, teniendo a sus barones pendientes de la decisión presidencial que tiene cierto carácter de misticismo sobrenatural. D. Pablo, más pragmático, se rodea en toda España de gente de su cuerda, como no podía ser de otro modo, y vende la democracia participativa frente a la procedimental, que diría D. Gustavo, aunque, en el fondo, sabemos todos de que trata este tema instaurado hace años por el socialismo triunfante, cuando Guerra acuñó la frase de que “quien se mueva, no sale en la foto”. No pasa nada. Paciencia oriental para quedar sentado a la puerta de la propia tienda.