Atrás se han quedado teorías locas de cómo encajar los tres primeros episodios para tener un mayor disfrute de toda la saga, atrás se quedan excusas absurdas sobre por qué todo debía ser digital, que la pantalla verde era guay y que ayudaba a la historia. Ha vuelto el churrete, la ropa vieja y el lustre real en las armaduras de los clones, ese brillo que resaltaba cuando abordan la nave de la Princesa Leia en Una nueva esperanza. J.J. Abrams, la Disney y algún que otro que pasaba por allí, han demostrado que ambas cosas, tanto efectos por ordenador como los más artesanales, pueden convivir de manera armoniosa para sacar adelante un producto de calidad. Lee el artículo completo…