Tenía muy claro que no iba a sacarlos el primer día con la gente loca por salir a la calle. Y todo lo que vi en redes y por la calle cuando salí con la perra, me daba la razón.
Parece que vivimos en una sociedad llena de insensatos. Lo que no acabo de entender, es como toda esta gente ha podido estar sin salir de casa, sin que les de un apechusque.
Entiendo que tienes ganas de salir, entiendo que te han dado permiso. Pero también entiendo que te han dado unas normas básicas de comportamiento. Unas normas que hasta los niños pequeños son capaces de entender y respetar, pero se ve que todo el mundo no lo entiende.
Así que viendo el peral, yo decidí esperar a salir con mis hijos, un tiempo prudencial, en concreto seis días. Si daban permiso un domingo, nosotros salimos el sábado siguiente. No contento, además, salimos a las tres de la tarde, cuando yo pensaba que menos gente habría.
Y así fue. Apenas vimos a algún paseante (que llevaba más de un kilómetro seguro) y na madre con dos hijos (todos con mascarillas) y que mantuvieron en todo momento las distancias, a pesar de ir claramente más deprisa que nosotros.
Dimos un paseo corto. De casa al colegio y volver. En total, pudimos tardar quince minutos, a paso lento y disfrutando del sol.
Después no hemos vuelto a salir. Tengo que decir que me costó un montón convencerlos para salir, no querían de ninguna de las maneras, pero al final, lo logré.
¿Volveremos a salir? seguramente. Pero no sé cuando, porque con tanto inconsciente suelto, el numero de contagios ha vuelto a subir. Al menos aquí en Castellón se han duplicado desde el domingo a ahora. Si la gente sigue así esto va para largo, y esperar que ahora empieza la temporada de mosquitos, preparados para los contagios por transmisión de picaduras.
Seguid así valientes, y cuando salgáis al balcón a aplaudir aprovechad para llevaros por delante algún mosquito.