Revista En Femenino

Primera visita de embarazo en la nueva clínica

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Después del desencanto que tuvimos con la clínica privada en la que estábamos llevando nuestro embarazo, decidimos buscar otra.

La elegida fue una que tiene contacto con mi clínica de infertilidad, y de hecho, el jefe de este equipo de ginecólogos fue el que me hizo la punción del quiste y la punción de mi FIV. Comparten quirófanos.

El motivo por el que no elegí esta clínica desde un principio fue muy sencilla. En su equipo también está el ginecólogo gilipollas de la Seguridad Social (joder, todos están en todas partes!) y quise evitarlo por el hecho de que no me pudiese visitar nunca más.

Al llamar a esta clínica para pedir la primera visita, consulté qué médico me iban a asignar, y después de comprobar que no se trataba del “gili”, acepté la visita.

La tuvimos el pasado miércoles (antes que la de la seguridad social), y salí encantadísima de allí.

Llevé los análisis que me había hecho hasta el momento en la anterior clínica, y la ecografía a toda prisa que me hicieron. El doctor era muy amable, y escuchaba todo lo que decía con atención. Me miraba a la cara y no le restaba importancia a lo que decía.

El hipotiroidisimo subclínico, mi antimulleriana, la FIV, etc. Todo se lo apuntaba y hacía comentarios que me hacían sentir bien, como con mi antimulleriana, que dijo “uy, que bajita está”. Pues si, ¡GRACIAS! Gracias por reconocer que está baja y no decirme que “como la mitad de España, no te preocupes que es normal”.

Cogió la ecografía de la anterior clínica para usar el valor del pliegue nucal y el CRL, y pedirme de nuevo los análisis para el Triple Screening.

Cuando le pregunté cuántas ecografías me entraban en el embarazo, me dijo que cada vez que fuera a verle, me haría una, y que nos veríamos una vez al mes. Eso me hizo sentir bien.

La visita estaba terminando, y aunque en dos días tendría la visita de la Seguridad Social, me moría de ganas por ver a Bolita, pero me hice a la idea de que no sería así.

Entonces de repente me dijo “venga, ¡vamos a hacerte una ecografía y le vemos!”. Creo que se notó demasiado mi entusiasmo y no me costó un duro despelotarme.

En la ecografía no tomó ni una sola medida. Únicamente intentó escuchar su corazón, pero se movía tanto que perdía la señal todo el tiempo. Fue la primera vez que vi a Bolita moverse, saltar. De hecho, exclamé “ala! se mueve!” y me dijo “pues claro!”.

Pero es que en la ecografía de la anterior clínica no me dejaron disfrutar de los movimientos de Bolita, y era la primera vez que podía verlo moverse.

Fue una ecografía para mi disfrute, y me tuvo 5 minutos ahí, mirando embelesada a la pantalla y viendo como mi bichito hacía piruetas. Cuando se paraba, me decía “muévete la tripa para que se mueva”, y ¡me sabía hasta mal!

Maridín y yo salimos de allí flipando de lo majo que había sido con nosotros. Estábamos felices de haber encontrado a alguien tan humano, que se centrase en nuestro caso en concreto.

Esta tarde tengo que volver para recoger los resultados del Triple Screening, así que espero poder contaros algo y no volver, de nuevo, con las manos vacías. Si fuera así, sería porque aún no están los resultados, porque nos dijeron que tardarían una semana, y hoy cumple justo una semana. Para estas situaciones me gusta dejar un par de días de margen, pero este doctor solo atiende los miércoles, y me niego a que me vea otro.

¡Deseadme suerte!


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