Los perdedores tienen una fuerza de atracción en la ficción que ya quisieran muchos otros. Nos gusta ver como caen y se vuelven a levantar una y otra vez, en un ciclo casi interminable. En Marvel, dos personajes se llevan la palma en este sentido, Peter Parker y Matt Murdock.
Matt, a lo largo de los años ha perdido hasta el carnet de identidad. Perdió la visión, a su padre (su madre le abandonó mucho antes) “Batallador Murdock” y, cuando logró su licencia de abogado y dividía su tiempo entre los juzgados y patrullar La Cocina del Infierno, perdió novias y esposas, amigos, identidad secreta y hasta su licencia. Por perder, perdió en alguna ocasión hasta los maravillosos hipersentidos productos del accidente que le dejó ciego.
Las etapas anteriores a este número uno, no hicieron mas que incidir en un personaje que iba perdiendo brillo y decantándose por la oscuridad, por resolver las cosas “a su forma”, dejando a un lado un caracter luchador para dar paso a un pragmático abogado y justiciero. Bendis, Brubaker y Diggle, hicieron bueno aquello de “entre todos la mataron y ella sola se murió”. Su caída a los infiernos que pudimos disfrutar en Tierra de Sombras, hacía necesario un cambio, un reboot que le hiciera regresar de la oscuridad que le llevó a ser infiel y perder a su mejor amigo. Claro que, viendo todo lo que le ocurrió, demasiado cuerdo y centrado nos parece que se mantuvo.
Tras Daredevil:Reborn y el anuncio del nuevo equipo creativo formado por Mark Waid y Paolo Rivera, la expectación era mucha. Waid, experimentado guionista y referente para todos aquellos que quieran mostrar algo mas que escenas de acción y paradojas temporales en un guión de cómic, se antojaba una elección muy distinta al tono de los últimos tres encargados de la dirección del Cuernecitos. Compaginando su trabajo en Boom! Studios (excelentes Irredemeable e Incorruptible), se atreve con una empresa difícil; Redefinir a Murdock. A su lado, Paolo Rivera, con ese trazo a lo Marcos Martín (quien también colaborará en la nueva etapa), donde las figuras exudan un espíritu olvidado, una forma de transmitir a través del lápiz que no está al alcance de muchos.
Daredevil #1, es un cómic que recupera el optimismo. La primera página, donde nos explican el origen de sus poderes y resume a grandes rasgos su vida, nos coloca en la posición de salida; Waid quiere centrarse en mostrar la otra cara de la moneda de Matt, un tipo con sentido del humor y optimista, aunque sin olvidar todo lo vivido en las últimas etapas, centrándose en ese descubrimiento de su identidad secreta, algo que Daredevil toma como algo cotidiano con lo que tiene que lidiar (incluso hay mas de un diálogo directo con otros personajes donde se trata el tema) y sobre todo superar (Waid comentó en una entrevista que la población de Nueva York se dividía entre los que veían imposible que un ciego fuera Daredevil, los que si lo creían y los que les daba igual). Porque la premisa es superar lo anterior, parece decirnos Waid, y si no, solo hay que ver las primeras páginas, donde hay una viñeta memorable que supone portada de Daily Bugle y que disfrutaremos todos los seguidores del personaje.
Un punto muy interesante es el protagonismo que toma ese sexto sentido de Matt. Su radar, se convierte en protagonista de las viñetas, al mostrar como funciona y como “ve” Daredevil a través de él. Un acierto de Waid, sin duda. Como también es un acierto mostrar a un Murdock con la cabeza alta, casi rozando la chulería en muchos momentos. Se le ve confiado y seguro, determinado a disfrutar de su vida. Si, se lo merece.
Definitivamente, uno de esos cómics que enganchan a la primera. A esperar a verlo publicado en España.
Valoración:8