El grupo Prisa tiene un nuevo medio: ‘El Huffington Post‘. Poco antes de la una de la madrugada se abrió al público la web. La historia es de sobra conocida y si no es así, la leéis. Yo quiero centrarme en la primera impresión superficial que me ha dejado este diario web. Ya hice un repaso de lo que sucedió en torno al rediseño de ‘El País’ y he estado trasteando con apps de periódicos para iPad, como la del ‘20 Minutos‘ o ‘La Vanguardia’.
El HuffPost.
La primera impresión que me he llevado no es buena. La portada con la que ha abierto la web @ElHuffPost es bastante cutre. Muy cutre. Excesivamente cutre. No solo lo pienso yo, coincidimos varias personas y no solo españolas. Lo dije hace tiempo, las portadas que hacen me parece demasiado cutres para un periódico con tantos medios. De hecho, he visto hacerlas mejor a @pixelillo cuando se aburre. Comentaba @mgonzalezcoloma en Facebook a este respecto que “ confunden ser alternativos, irónicos y creativos con ser cutres”. Lo define a la perfección.
El HuffPost.
Del tema de los blogs os hablaré en otro post, aunque ya comenté algo en uno que hice desde Granada, cuando saltó el ‘escándalo’. No me gusta el diseño que tiene. Las noticias a una sola columna (llegan a dos según bajas), la derecha (la menos importante) y los blogs a la izquierda. Ocupan el espacio ‘vital’ y necesario de las noticias. Todas las informaciones van con una foto bastante grande para lo que estamos habituados y eso le resta aún más presencia a los titulares. Creo que encontrar noticias interesantes en la página principal del HuffPo se antoja complicado. Está claro que van a intentar generar tráfico en redes.
El fondo publicitario negro de Samsung y Windows tampoco es que sea de mucha ayuda. Y los banner son bastante grandes. Habrá que ver si empiezan a salir ventanas emergentes o publicidad antes de entrar en la página como ya hacen otros diarios digitales. Para mi gusto hay demasiada publicidad y, además, está mal colocada, aunque puede que sea cosa de Google.
El HuffPost.
También tiene cosas buenas. Por ejemplo, me ha resultado curioso poder tuitear y ver las actualizaciones de Twitter desde la web una vez que te has logueado (necesario para comentar). Me resulta llamativo la intención de compartir (para recibir tráfico, no lo vamos a negar) que tiene el diario. Al entrar en la noticia encuentras en fila, justo antes del primer párrafo, las opciones sociales y los comentarios de las noticias. También aparecen las ‘reacciones’ que ha tenido la noticia. No sé de dónde las habrán sacado. Al final de la noticia, colocan un cajetín de Twitter para poder seguir el tema de la noticia y enlaces a otros medios. Eso sí, los enlaces a otros medios (españoles y extranjeros) está muy abajo y poco a la vista.
El HuffPost.
No me meto a calificar el trabajo periodístico y la calidad de los textos, porque no he tenido tiempo de analizarlas en profundidad. Tengo que decir que veo un contenido distinto o, al menos, no da la impresión de haberlo visto ya. Los titulares son, para mi, ‘frescos’ y animan a clicar, si los encuentras en la página. La decisión de poner a unas chicas ucranianas en topless en portada el primer día me parece, cuanto menos, cuestionable. Y más si tenemos en cuenta que lo venden más como galerías “FOTOS”, que como hecho noticioso.
El HuffPost.
Es un cúmulo de circunstancias lo que rodea el lanzamiento de ‘El Huffington Post’. Espero que les vaya bien y aumenten la plantilla para dar trabajo a más compañeros periodistas. Pero auguro que el proyecto no les irá muy bien, ojalá me equivoque. No veo un valor diferencial excesivamente importante como para que gane terreno a ‘El País’, ‘El Mundo’ o ’20 Minutos’. Las firmas de los blogs no me llaman en exceso la atención y el diseño no es el más atractivo del mundo. Mi primera impresión sobre este nuevo medio es bastante mala.
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