No me puedo creer que haya pasado tanto tiempo desde que publiqué la primera parte de este post… para mí había sido a finales de octubre, ¡y resulta que en realidad fue a finales de agosto!
Hoy os enseño algunas fotos de cómo ha quedado la habitación, pero debo decir que todavía no considero que haya terminado. Como dije en aquel post, hay varios huecos que han quedado vacíos después de hacer la limpieza, y aún no los he ocupado. Me sigue sorprendiendo poder mirar una estantería medio vacía y no sentir la necesidad imperiosa de llenarla con algo, ya os digo que hace un año hubiera sido inimaginable para mí. Ahora simplemente espero a que llegue el momento en el que encuentre “algo” que de verdad necesite, que me encante y que vaya perfecto en ese espacio.
También vais a ver que a pesar de considerarme minimalista, el aspecto de todo lo que tengo no sigue en absoluto un estilo de decoración minimalista. Considero que el minimalismo y el estilo minimalista son dos cosas muy diferentes y que en realidad no tienen por qué ir juntas. ¡Y veréis que aparentemente tengo muchas cosas! Tened en cuenta que todo, absolutamente todo lo que tengo (excepto los productos de baño, que están en el cuarto de baño, claro) está dentro de esta habitación. Toda mi ropa está aquí, todos mis zapatos, mis libros, mis cosas del trabajo, las de mi tiempo libre… está todo en una sola habitación de la casa.
Esta es básicamente mi zona de trabajo. En esta mesa hago casi todo, así que me paso gran parte del día sentada aquí. Me gusta mucho cómo ha quedado todo, bien ordenado y a mano, pero la estantería de encima del escritorio es una de esas partes que aún está por llenar (sé que puede parece un poco infantil con tanto amigurumi, pero en algún sitio tengo que ponerlos todos, jajaja). Detrás del portátil, aunque no se ve, están todos mis bolis, rotuladores, pinceles, etc.
LO QUE HE QUITADO: quité un montón de objetos decorativos de la estantería de arriba (cosas que no servían para nada y ni me gustaban).
LO QUE HE AÑADIDO: varias láminas que me inspiran para trabajar y el organizador de cajones que hay en la mesa, que uso a medias como joyero y como sitio donde guardo algunos repuestos de material de escritorio. Hay que tener cuidado con esta zona, porque en una mesa de dos metros como la mía tienes sitio de sobra para acumular, y quiero mantenerla despejada para poder trabajar bien.
Con la estantería superior no he decidido lo que quiero hacer. Primero pensé en poner en ella los libros que me quedara, pero taparían demasiado la la luz que entra por la ventana y seguro que se vería demasiado lleno. Luego se me ocurrió poner materiales de trabajo, pero no me acostumbro a cogerlos de ahí. Así que por el momento se queda como está, aunque le ha salido un nuevo “habitante”, la caja con las herramientas que uso para hacer los Traveler’s Notebook.
¡Me da un poco de vergüenza enseñaros esta parte! Aquí duermo yo y encima es la zona donde me quedan más cosas por hacer de toda la habitación (lo de encontrar tiempo ya sabéis…).
Encima de la cama tenía una guirnalda enorme de borlas (parecida a la que hice para el blog hace un tiempo), pero de repente decidí que no quería seguir teniéndola y desde entonces no tengo claro si poner una estantería o volver a colocar otra guirnalda. Entiendo que lo más práctico sería poner una balda, pero la realidad es que no necesito más espacio para guardar.
Otras cosas que faltan por hacer aquí: pintar las casitas de madera donde tengo amigurumis que he ido haciendo para el trabajo (van en blanco, tengo la pintura en casa), llenar el espejo de Polaroids con fotos de mis viajes.
LO QUE HE QUITADO: la pared que va sobre la cama tenía postales de Postcrossing, el espejo tenía unas libélulas blancas, había una guirnalda en la pared.
LO QUE HE AÑADIDO: estanterías con forma de casita, prints y algunas cosas que me he ido encontrando cuando he salido de viaje, ¡el mapa del mundo que me encanta!, la guirnalda de luces de la esquina (que mola muchísimo por las noches).
Por cierto, el cabecero de mi cama esconde en realidad un zapatero de dos baldas, que se abre hacia el lado del espejo. Y bajo la cama tengo tres cajones grandes que guardan sábanas, bolsos y unos cuantos materiales craft ;)
Una de las paredes de la habitación está ocupada por una estantería enorme. Con esta zona sí que me doy por satisfecha. En la foto sólo se puede ver una pequeña parte, pero está llena hasta arriba de lanas, libros de manualidades, la máquina de coser, más lanas…
La balda que está más cerca del suelo tiene algunos espacios vacíos, que he dejado así porque a lo largo de la semana siempre recibo algún paquete que dejo ahí temporalmente hasta que tengo tiempo para guardarlo donde corresponde. También dejo una zona libre para ir colocando los paquetes de la tienda online que debo enviar, luego los recojo todos y me los llevo a Correos. Podríamos decir que esta zona es una continuación de mi espacio de trabajo.
LO QUE HE QUITADO: me deshice de muchísimos libros. Todo lo que había leído y no iba a volver a tocar, lo di a la biblioteca o se lo regalé a amigos. Actualmente, tengo sólo 9 libros (no cuentan los libros de manualidades porque ésos son para consultar de vez en cuando). Además todo lo que no me encantaba ha ido fuera, y lo que no uso también.
LO QUE HE AÑADIDO: bueno, tenía unas cuantas cajas decorativas que me habían ido regalando y no me gustaban mucho, así que las forré con papel y ahora las uso para guardar los materiales que uso para empaquetar. Básicamente todo lo que podía ir dentro de una caja, ahora está organizado y a salvo de polvo.
Y por útlimo, el armario. No sé si os lo vais a creer, pero TODA mi ropa está aquí (además de unas cuantas cosas más, como se puede ver). No tengo un armario especialmente grande, es de esquina y tiene dos puertas. En vez de deciros lo que he quitado y lo que he añadido, os diré lo que hay dentro de él, porque vais a alucinar, jajaja. Evidentemente lo que he quitado ha sido toda la ropa que no me ponía.
En la balda superior: manta, nórdico, colcha de invierno, una caja con peluches de mi infancia que no quiero tirar, una bolsa con todas las cosas de Romeo y Vader (sus toallas para el baño, jerséis, pañuelos para el cuello, un collar isabelino), tres cajas con los adornos de Navidad, una cesta con todos mis calcetines de punto, toalla de playa, sombrero, una caja con ovillos de lana, una caja con las postales de Postcrossing y otra caja con medias.
En los estantes inferiores: aunque me hubiera gustado poder implementar en método Konmari en la ropa, no tengo cajones, así que lo he hecho a mi manera. De arriba a abajo en los estantes, jerséis de invierno (dos estantes), camisetas de verano, ropa de deporte y pantalones cortos, pijamas de invierno y verano.
En la barra: abrigos y chaquetas, impermeable, camisas, vestidos, ropa que se arruga y todos los vaqueros, faldas, pañuelos.
En la parte inferior: estufa (ahora no está porque la estamos usando, evidentemente), maleta, rueca, telar grande, base para el portátil, trípode, materiales para fotografía (maderas para fondos, reflectores) y tres cajas apilables con la ropa interior (braguitas, sujetadores, calcetines).
Parece imposible que todo eso quepa aquí, ¿eh? :D
Como dije en la primera parte, lo más importante de este método es hacer caso a las dos premisas esenciales: sólo debes quedarte con las cosas que de verdad te encanten y todos los objetos deben tener su lugar asignado. El resto va fuera.
Lo cierto es que no he tenido que volver a ordenar nada desde verano, y mis ganas de querer comprar cosas nuevas han desaparecido completamente. Saber que no necesitas nada reduce mucho el impulso de comprar. Pero también he estado pensando en que este método tiene una pega: las cosas que ahora me encantan puede que no me sigan gustando tanto pasado un tiempo, así que aunque no tenga que volver a ordenar, de vez en cuando debería hacer un repaso a todos los objetos para ver si hay algo por descartar. ¿Alguna de vosotras se había planteado esta cuestión?
Hasta aquí mi proceso de organización el método Konmari, espero que os haya gustado :)
Imagino que desde que publiqué el primer post seréis unas cuantas las que lo habréis llevado a la práctica, así que me gustaría conocer vuestra experiencia, qué os ha resultado más difícil de eliminar, si lo habéis adaptado como he hecho yo con el armario y cualquier otra cosa que podáis contarme sobre el proceso.
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