Tras Fear Itself, a Los Vengadores les toca cubrir los huecos en su alineación. Thor y Bucky salen y alguien debe sustituirlos. Y a los seguidores del grupo, eso de especular con los nuevos miembros nos gusta como a las abejas un campo de flores en primavera. Suena cursi, si, pero ¿Alguien puede decir lo contrario?
Bendis tiene claro que, aunque el anuncio de nueva alineación debe tener un poco de nostalgia su plan general para el grupo no puede parar, así que continuamos con ese nuevo arco que incluye a Osborn de nuevo en la vida de Los Vengadores. De hecho, el número se inicia con la investigación en la Isla de Ryker, donde Norman Osborn estaba encerrado. No hay pausa en Los Vengadores de Bendis. Le echaremos de menos cuando abandone el titulo, sin duda.
La elección de los nuevos miembros no es nada del otro mundo…hasta que nos topamos con el regreso de cierto miembro que “murió” en Vengadores Desunidos. Toda una sorpresa que, a mi parecer se resuelve en muy pocas viñetas. Casi en falso, diría.
El peso de la historia se reparte entre Tony Stark y Steve Rogers, quienes interpretan el papel de miembros veteranos que deben formar nuevo equipo. Papá y Mamá podríamos llamarlos.
Daniel Acuña, que en el número anterior parecía mas dubitativo, aquí se suelta y muestra ese talento que todos sabemos y que a veces no llega a plasmar en su trabajo.
Finalmente, la presentación del equipo nos es el cierre si no el inicio del siguiente arco argumental. Y no pinta mal.
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