Primeras impresiones Yakuza: Kiwami – El retorno de la entrega original

A finales del próximo mes, el 29 de agosto para ser más exactos, se pone a la venta Yakuza: Kiwami, un nuevo capítulo de la famosa franquicia de criminales japoneses que en esta ocasión es bastante especial, pues se trata de un remake del primer juego que apareció para PlayStation 2 hará ya 12 años.

Ahora que está tan cercana su salida, ya hemos podido probar el juego en las oficinas de su distribuidora en nuestro país, Koch Media. La versión que estaba a nuestra disposición era la misma que SEGA llevó al E3 2017 que tuvo lugar el mes pasado, y aunque no podíamos jugar a las misiones principales de la historia, si pudimos deambular por las calles libremente jugando a todo tipo de minijuegos y actividades secundarias.

Como ya hemos mencionado, Yakuza: Kiwami se trata de un remake en toda regla, y no un remaster. Esto es que el juego se ha rehecho desde cero, por lo que luce tan bien como ya lo hacía la última entrega que vimos por aquí, Yakuza 0. El salto cualitativo en este sentido con respecto a la versión original es notable, y no nos cabe duda que estaremos ante un juego con un aspecto visual notable.

Además, como Yakuza: Kiwami ha tenido que ser desarrollado desde los cimientos, sus creadores han optado por introducir toda una serie de novedades y mecánicas que no estaban en el de PlayStation 2. Varias de estos nuevos añadidos ya pudimos verlos en juegos posteriores de la saga, pero otras son ineditas. Nosotros hemos podido trastear con unas cuantas.

El cambio más importante, aparte del apartado audiovisual, es el sistema de combate. Se ha optado, con esta oportunidad, de utilizar el de los juegos más modernos, y por eso Yakuza: Kiwami recicla el combate que ya vimos en Yakuza 0 y que tanto nos gustó. De nuevo Kazuma domina diversos estilos, cada uno con sus pros y sus contras, que pueden intercambiarse en plena pelea. También aquí, por cierto, se usa la barra de Heat para realizar brutales ataques devastadores. El resultado son unos combates dinámicos y violentos que le sientan al juego como anillo al dedo.

El resto de cambios de los que hemos sido testigos se encuentran en el marco de las actividades opcionales y los minijuegos. Y es que se han traído varios de estos divertimentos de los Yakuza posteriores al primero. Así, algunos, como Pocket Circuit Racer, en el que competimos con coches de radiocontrol o el baseball regresan. Otros, en cambio, como el interesante, adictivo e hilarante Mesuking son totalmente nuevos. 

Este último, de hecho, es un juego de cartas coleccionables en el que chicas sexys con poca ropa y simulando ser insectos, pelean con movimientos de lucha libre. En esencia, la mecánica básica de Mesuking es la de piedra, papel o tijera, pero dadas las estadísticas de las diferentes cartas, que además pueden ser equipadas con movimientos únicos, le otorgan una profundidad bastante grande. Y ya solo el buscar la totalidad de las cartas parece ser divertido.

Por último, la sorpresa final nos la dio Goro Majima, carismático personaje que en Yakuza 0 era jugable, peo que en Yakuza: Kiwami es uno de los enemigos más implacables de Kiryu. Este enemigo se irá paseando por las calles, y no dudará en atacarnos en cuanto nos vea. El problema es que de inicio, es mucho más poderoso que nosotros, pero cuanto más nos enfrentemos a él, mas conocimientos de combate obtendremos. Además, el malnacido tiene la costumbre de aparecer cuando estamos realizando alguna actividad, momento que usa para desafiarnos, por lo que no parece que vayamos a poder evitarlo siempre.

En conclusión, si bien la muestra ha sido breve, nos ha servido para confirmar algunas cosas que ya nos suponíamos. Todo apunta a que Yakuza: Kiwami será otro excelente juego de la saga, a la altura del listón alto que dejó su precuela. Las novedades parecen se numerosas y acertadas, y su condición de remake del primer juego lo convierte en un punto de entrada perfecto a esta franquicia si no la has jugado antes, o un juego que te puede seguir sorprendiendo si ya lo cataste en su día. Queda poco, pero mucho nos tememos que se nos va hacer larga la espera hasta el 29 de agosto.