
La autora de este libro ya me cautivó con otra de sus obras llamada Ex Libris por lo que tengo unas inmensas ganas de leer El Violín Negro.
1Diciembre, 1907
Atardecía ya en París.
Enfundado en un raído abrigo negro y una desgastada gorra, un hombre atravesaba precipitadamente Le Pont des Arts dirigiéndose hacia el lado derecho del Sena. La ciudad entera sufría el temporal propio de diciembre y el frío se dejaba sentir con intensidad por los escasos viandantes que aún circulaban. París se sepultaba poco a poco bajo la nieve, y sus calles, casi desiertas, le conferían un aspecto gris y fantasmal. El único sonido existente era el inquietante bramido del gélido viento azotando el río y las ruedas de los carruajes sobre los blancos adoquines.
Sin embargo, a aquel hombre no parecía importarle el azote invernal. Seguía su camino con determinación aferrando fuertemente un saco de extrañas proporciones. 〉〉〉

