Cada año nacen en España más de 2.000 bebés con problemas de audición. Según los datos que aporta la Comisión para la Detección Precoz de la Hipoacusia, el 95% de niños con sordera infantil o hipoacusia nacen en el seno de familias oyentes, y el 80% de estas dificultades auditivas están presentes en el momento del nacimiento. Esta discapacidad presenta una dificultad para el primer contacto comunicativo con el bebé, ya que este no recibe sonido alguno. Las principales dificultades comunicativas se darán con el núcleo familiar, ya que el recién nacido no entenderá los sonidos ni los asociará a su familia, así como no sabrá distinguir las emociones a partir de las palabras de sus padres, sino que se moverá sólo por estímulos visuales.
Gracias a los avances médicos y tecnológicos, el diagnóstico de la sordera infantil es más rápido y puede comenzar a tratarse desde los primeros meses de vida. Los estudios de detección de la sordera precoz son una prueba indolora de diagnóstico que detecta con total seguridad la hipoacusia en un bebé de apenas dos meses de vida. Es importante que los padres se mantengan atentos por si detectan una posible sordera en su bebé, para así poder pedir un diagnóstico lo antes posible. Existen una serie de síntomas que el bebé con problemas auditivos manifestará durante sus primeros años de vida:
● De 0 a 3 meses: El bebé no reacciona (no llora ni cambia de expresión) ante ruidos fuertes e intensos o que ocurran por sorpresa, como un golpe, un grito o un estornudo.
● De 3 a 6 meses: No busca con la mirada las voces que oye alrededor. Además no hará uso de su voz para emitir sonidos y así llamar la atención.
● De 6 a 9 meses: Sigue sin reaccionar ante los ruidos y sonidos y no responde a su nombre.
● De 9 a 12 meses: No repite sonidos que se le dicen, ni aprende a hacer cosas sencillas que suelen ir vinculadas con un sonido. Además no reconocerá palabras sencillas que se le han repetido.
● De 12 a 18 meses: La señal más clara es que el bebé todavía no habla ni una palabra. Además sigue sin repetir sonidos familiares, sin seguir las voces que oye y solo reacciona ante estímulos visuales, no auditivos.
● De 18 a 24 meses: Sigue sin hablar, así que se comunica mediante gestos y gruñidos. Además no responde cuando le hablan o le llaman. ¿Qué se debe hacer si se detectan estos síntomas? Lo primero es recurrir tan pronto como sea posible a su médico o a un audiólogo, que evaluarán el grado de sordera que padece el bebé. Es importante contar con un diagnóstico rápidamente para empezar a tratar la sordera infantil, que puede requerir de un audífono o un implante coclear para aumentar su capacidad auditiva. Durante los primeros años también necesitará un logopeda para ayudar al niño a comunicarse mejor con sus limitaciones y llevar una vida normal, así como se recomienda a los padres que se impliquen en comunicarse con su hijo de la mejor formaposible, intentando utilizar la lengua de signos en la medida de lo posible.
Fuentes:
http://www.susmedicos.com/art_deteccion_sordera_bebes.htm