Revista Mundo animal
Era uno de tantos días que vamos a la perrera intentando ser fuertes para experimentar el menor dolor posible al ver a estos animales enjaulados, sucios, hambrientos, mojados, tristes....
La rutina era: echarles fotos, analizar su estado físico,darles de comer, sacarles al patio (todo lo que nos permite el tiempo y los "queridos" empleados de la perrera).
Por casualidad yendo de jaula en jaula, e intentando mirar sólo de reojo para evitar que se nos caiga una lágrima, vimos los ojos más tristes del mundo, de una galga que estaba sentada en la esquina de su jaula, con la cabeza agachada y el rabo entre las patas, más delgada de lo que debiera esta raza.
Encima de su jaula, había una nota escrita por su antiguo dueño: "Chispa, 3 años, buena con niños, no agresiva, acostumbrada a vivir en casa" . Y una firma donde se autorizaba su sacrificio si en unos días no era adoptada.
Las voluntarias nos miramos mientras el empleado de la perrera nos quería echar ya de allí, seguramente para no sentirse más juzgado y para continuar su rutina de desprecio y sacrificio a los animales.
Inmediatamente señalamos a la galga y dijimos: "nos la llevamos". Después de las típicas discusiones, puesto que iban a sacrificarla y estábamos "desordenando sus planes" la sacamos de allí.
Abrimos la jaula, Chispa se acercó, la metimos en el coche y oímos un suspiró de alivio.... se quedó dormida en el coche.
Nosotras nos alejamos de la perrera rápida y silenciosamente. Decidimos re-bautizar a Chispa como: Princesa, por su elegancia al caminar y por su comportamiento.
Después nos paramos en mitad de la nada: ¿¿ y ahora qué hacemos con ella??
Para adoptar, acoger o donaciones para Princesa (puesto que ahora está en una residencia y para pagar su veterinario):
Contacto: 657325787
[email protected]
Está en Granada y se envía.