Principales formas de afección a nuestra salud por la sarna

Algunas de las enfermedades que pueden afectar a nuestra piel podrían llegar a producir determinada picazón y ardor, algo que posteriormente termina en llagas de infección superficial. La sarna es una de las enfermedades que afectan principalmente a la piel de su cuerpo, misma que se manifiesta de modo diferente a cualquier otra enfermedad de afección a la piel.

Por ejemplo, hay determinadas enfermedades como el herpes o el sarampión que pueden llegar a presentarse de forma física en nuestra piel, sea con granos o con manchas de tamaño pequeño y de color rojo. En estas enfermedades también existe picazón y ardor, más aún si el paciente se llega a rascar de forma frecuente. Pero cuando hablamos de una sarna, en esta enfermedad no hay presencia de dichos aspectos físicos, sino que más bien sólo hay la presencia de los síntomas antes mencionados.

A que se debe la presencia de la sarna en nuestra piel

Cuando un médico dermatólogo ha concluido que una persona ha contraído a la sarna, debemos tener claro que la misma ha sido producida por un ácaro que se aloja bajo nuestra epidermis. Es aquí en donde este ácaro deposita los huevos, los cuales llegan a hacer residencia y por tanto, a distribuirse lo más posible por nuestro cuerpo. Las causas por las cuales se puede llegar a suscitar esta enfermedad son:

• Por una superpoblación.
• Debido a falta de higiene.
• Por una excesiva libertad sexual.

Sobre este último asunto que hemos mencionado, quienes son asiduos visitantes de los moteles podrían estar contrayendo esta enfermedad por parte de los ácaros que generalmente están en las camas, las cuales han sido utilizadas anteriormente por una persona enferma de sarna.

En cuanto los síntomas, estos llegan a producir gran picazón especialmente en la noche, a excepción de la cabeza. A la sarna también se la suele denominar como una parasitosis cutánea. El médico tratante recomendará determinadas soluciones anti ácaros para ser aplicadas luego de un jabonoso baño del paciente, debiéndose también desinfectar la cama, los vestidos tanto el enfermo de sarna como las personas que conviven bajo el mismo techo, aunque no se encuentren ellas infectadas por dicho ácaro.

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