Para hoy, me gustaría poner a vuestra disposición el primer artículo que ponga vida a esta serie de Principios Básicos que observo y explico a todo el que pasa por mi tutelaje.
La razón por la que digo esto es muy sencilla: una gran parte de las personas está pendiente de conseguir reacciones en los demás, de culparlos a ellos cuando las cosas no salen, o de pedirles la solución de sus propios problemas al resto.
¿Cuál es el problema con esto? El primero, que como siempre me ha gustado decir… Lo que tú quieras acaba donde empieza lo que la otra persona quiera. Sabiendo eso, más de uno ya comprendería que por tanto, “hacer el esfuerzo” de emocionar, impactar, impresionar, blablabla; a los demás es cuanto menos un malgasto de recursos.
Unos recursos que podrían dedicarse, como reza este principio, a uno mismo. Siendo esto un asunto donde el desarrollo personal se entiende como la facultad de ser capaz de conocer la propia realidad interior (sentimientos, emociones, pensamientos), comunicarse adecuadamente con el resto (tanto para contarles lo que descubrimos sobre nosotros -que a su vez, aquí es donde empieza a aplicarse la Honestidad-, como para contarles lo que vivimos y aprendemos), y especialmente tener una personalidad propia en vez de copiar/imitar/modelar la de otros… Cae por su propio peso.
¿Por qué incido tanto en la importancia del uno mismo? ¿Por qué estoy siendo tan marcadamente individualista? Básicamente, porque todavía no he visto que ser deshonesto y vestir máscaras o disfraces, pintar bonitas fachadas y tejer intrincadas historias medio ciertas -dicho de otro modo, falsas por entero- sirva para conocer -ni mucho menos atraer a tu vida- auténticamente a NADIE.
De hecho, al primero que te dejas por conocer realmente haciendo esto, es a ti mismo. A ti misma, en caso de ser mujer. El peor enemigo o el mejor aliado es, en efecto, uno mismo… Esto ocurre por el sencillo motivo que explico a continuación.
En ciertos círculos se habla mucho de que hay que eliminar los miedos y las creencias limitantes. Alguno, concienciado oportunamente por personas como yo mismo -o por mí en alguna ocasión-, ya habla de una cosa totalmente distinta. En vez de luchar por eliminar algo que no sabes de dónde proviene ni la cola que trae (consecuencias directas, consecuencias derivadas) yo abogo por detenerse un momento a observar, comprenderse y aceptarse como el ser completo e íntegro que ya somos.
(Haciendo un pequeño paréntesis, te comento la importancia de todo lo dicho).
Por si no terminas de entender a qué me refiero cuando te digo esto, te pongo un ejemplo. Hay una dedicatoria en el libro “El Método” de Neil Strauss (que para muchas personas es algo así como “la biblia de la seducción”, o una obra “de culto”) que dice lo siguiente:
“En tu caso no usé ninguna técnica. Contigo fue sincero. Lo nuestro fue diferente”.
Esto, dicho en la dedicatoria de un libro, a mí no me suena nada más que a un intento desesperado por evitar que una persona se sienta engañada o manipulada. Y a mí personalmente me comunica dos cosas:
1) Se infiere de las dos primeras oraciones que “usando técnicas no se es sincero”.
2) En efecto, las usó. Excusas no pedidas, como reza aquel refrán.
Esta cita se la dedica el amigo Strauss a la señorita Lisa Leveridge, con la que llegó a afirmar que quería contraer matrimonio y tener hijos. No obstante… Digamos tan sólo que la pareja no dio fruto. Neil no fue capaz de mantener esa relación.
Y también podría decirse que ella tampoco, pero el que se promociona y es laureado como maestro de la seducción es él, no ella. Esto confirma lo que dije un día sobre que el mayor reto es conquistar a la misma mujer todos los días (frase que ahora se ha hecho famosa dicha en el sentido de “no es más hombre aquel que conquista muchas mujeres, sino el que enamora a la misma todos los días…”, pero no me gusta la alusión a la hombría, porque luego hay quien nos llama machistas).
Por tanto, afirmo que “El Método” podría (no está demostrado que lo haga) ayudarte a atraer a una mujer, pero desde luego no te ayuda a mantenerla, ni a que lo logres por tu cuenta. Es más, te perjudica a la hora de ponerte a ello.
~~~~
Se trata, por tanto, de evitar caer en estos comportamientos de libro. Más adelante explico algo que te dará justificaciones para hacerlo, si las necesitas.
Y una vez logrado esto, preguntarse a uno mismo (sí, a uno mismo, no a una fuente externa)… “¿Por qué me siento así y no de otro modo?” Cuando uno sea capaz de responderse a eso, es momento de compartir su respuesta con otro y escuchar una opinión externa para tener un contraste. Ahora, yo tengo algo que decirte.
Es hora de florecer y dar frutos. Vamos camino de tu maduración.
Serénate, vacía tu mente de todo prejuicio y toda idea que creas guardar sobre desarrollo personal, sobre autoestima, seguridad en uno mismo, o seducción… Y lee atentamente:
Síntesis del texto anterior:
-
Abogo por la sencillez que es observar con curiosidad el mundo real y los sucesos reales, en vez de absorber cual esponja las interpretaciones de una persona ajena a mí y a mis circunstancias. Interpretaciones que en el 90% de las veces no sólo no se corresponden con lo observable en la realidad, sino que no tienen existencia fuera del entendimiento del personaje que las crea.
-
Si comprendes, las cosas son sencillamente como son. Si no comprendes, las cosas son sencillamente como son. Así pues, simplifica y no trates de ocuparte de todo. Deja de cargarte con responsabilidades que no te competen.
-
No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones. Tus gestos y acciones es lo que proyectas a los demás. Por tanto, proyectar máscaras, disfraces y fachadas destruye toda ocasión de recibir confianza.
-
Tal vez no te lo creas pero todo lo que logras (con ayuda o sin ella), lo logras por tu cuenta. Todo lo que personas como yo hacemos, es el efecto de la gravedad… Todo lo que hace falta es un pequeño empujón. (Y ya que lo necesitas, encuentra a quien no te mande al fango sino a quien te haga volar).
-
Ya estás entero, y completo. No tienes un problema que necesites resolver. En todo caso, lo que necesitas es potenciarte, potenciar tus atributos. El mundo quiere más de ti. Tu auténtico yo, es tu yo atractivo…
-
En efecto, nada hay tan atractivo como alguien cómodo en su propia piel, y sin la necesidad de vestirse con la de otros.
- Te han hablado del éxito y del fracaso de miles de maneras. Aquí tienes la mía. La mayor diferencia entre un fracaso y un éxito no es la ausencia de miedo o la confianza… Se trata, insospechadamente, de la voluntad y disciplina para actuar de cualquier modo.
~~~~
Todo lo que has leído ahora mismo son axiomas para el que suscribe.
Por si no la has oído aún, o no recuerdas lo que significa; axioma es la palabra que señala a una cuestión de cualquier tipo que se acepta como evidente y verdadera, sin necesidad de demostración. Para simplificar, un ejemplo de axioma sería decir pienso, luego existo.
Por supuesto, no os pido que sean axiomas también para vosotros. No al menos si no sois capaces de ver la evidencia presente detrás de cada una de esas premisas.
Continuamos en la segunda parte. /// Si te perdiste la parte anterior…
Con mis mejores deseos,
Kheldar