Revista Comunicación

Prisioneros del equilibrio neoliberal

Publicado el 14 julio 2010 por Albert Perez Novell
Prisioneros del equilibrio neoliberalEn uno de los paseos con mi hija Núria por los jardines de la Universidad de Princeton, comenzamos a hablar de John Forbes Nash.
Me indicó, que a sus 82 años todavía le había visto vagar por el campus acompañado de sus fantasmas, a los que ya no presta atención. No le han abandonado, allí siguen, simplemente ha llegado a un pacto de equilibrio con ellos y no atiende a sus demandas.
Solución consecuente con su teoría de juegos, denominada “El equilibrio de Nash”, y una derivada llamada “Dilema del Prisionero”. (Merrill Flood).
Ambos, en nuestra conversación sobre Nash, convinimos que estas teorías de los juegos eran especialmente fascinantes porque partiendo de una base matemática pura, de ellas siempre se destilan razonamientos éticos.
Prisioneros del equilibrio neoliberal
Que feo  es codiciarLlevando el razonamiento a la crisis que padecemos, podemos argumentar que se inscribe en este tipo de juego. 
A riesgo de que mi argumentación parezca sacada de una película de Frank Capra, debo definir a esta crisis como "una crisis de egoísmo", basada en la máxima del beneficio por el beneficio, al precio que sea, como única premisa y esto sólo conduce a que la sociedad pague el precio de la falta la coordinación y la anarquía.
Como se puede ver la persecución de las mayores ganancias por parte de los jugadores “financieros” ha llevado al mundo, en ausencia de mecanismos eficientes de regulación financiera, al peor equilibrio desde la crisis del 1929. Sin duda alguna, esta es una situación de “Dilema de Prisionero”.
En el “Dilema del Prisionero" la estrategia más segura es la traición entre jugadores. Pero si todos traicionan, el resultado para ellos es peor que si hubieran elegido la lealtad, ya va siendo hora que se aplique esta teoría bien sencilla al juego entre gobiernos y fuerzas financieras.
   En la fiesta de Bill     Desde 1929 (Roosevelt) hasta 1999 la ley Glass Steagall actuaba como elemento de equilibrio ente jugadores, y fue precisamente un presidente demócrata Bill Clinton quien propicio su derogación, abriendo el camino hacia la orgía especulativa neocon de la era Bush, desequilibrando el sistema hacia los intereses de los mercados financieros. 
En esta última década de paradigma neoliberal, aplicado al sistema político, con el "less state is more", se ha conseguido que la incertidumbre sea máxima. En el extremo opuesto se encuentra la aplicación al sistema bancario donde prima el modelo "too big to fail", de fusiones frias de bancos y cajas, (SIP) con lo que entramos en un bucle en el que el "riesgo sistémico" se retroalimenta. (tambien el Titànic era demasiado grande para hundirse). La diferencia es que a la banca siempre se la reflotara, con el dinero de todos, es tan "Big" que no es permisible que se hunda, la UE ya lo ha anunciado.
Desregulados los mercados financieros y contraviniendo a Nash, todos querían sacar tajada del mercado hipotecario, las subprimes, los activos tóxicos, y las inversiones productivas se desatendieron.  
   La rubia del baile     Como se describe en una secuencia de la película,Una mente Maravillosa, Nash nos dice que se produce una situación de desequilibrio, cuando, por ejemplo, y es mi caso; en un guateque de los 60-70, todos, cual machos alfa, queríamos ligar con la rubia despampanante y sólo conseguíamos estorbarnos. Al final sólo uno, o ninguno, lo conseguía y el resto habían perdido la oportunidad de ligar con el resto de chicas que tampoco estaban nada mal. La Ley Glass repartía el juego del baile, sin ley, todos a por la rubia. Prisioneros del equilibrio neoliberal
En esta crisis solo han ligado los mercados financieros, respaldados por las agencias de calificación que marcan cual es la tía buena y la fea de guateque.
   To be or not to be, Keynesian or Neoliberal A los gobiernos se les presento un dilema del prisionero cuando la banca hizo crash en su orgía desenfrenada hacia un modelo toxico y de reciclaje internacional del ahorro. Pensar que los ahorros de nuestras pobres abuelas están invertidos en activos financieros tóxicos de no se sabe donde.
Antes el ahorro circulaba por casa (es decir por el país). Como siguen haciendo, por cierto, los japonenses, y a ellos de entrada, no parece haberles afectado tanto la crisis, aunque en los últimos meses hayan experimentado una reducción del PIB.
Los gobiernos en un alarde de política Keynesiana entraron en el dilema del prisionero compensando con dinero público "Rescate" las perdidas de la banca privada, para evitar lo que parecía ser el gran colapso global, un grave riesgo sistémico, y entonces se produce una segunda derivada: La entrada en una gran crisis de déficit público que para paliarla sólo se les ocurre volver al modelo neoliberal: Congelar pensiones y reducir sueldo de los que no pueden quejarse, porque tienen empleo garantizado, los funcionarios. Y parece que a este método tan injusto socialmente y en antítesis con la euforia neokeynesiana se han apuntado con especial vehemencia los gobiernos socialdemócratas. ¿En que han gastado los bancos el dinero recibido?:Lo han gastado en comprar esta deuda pública que los mismos Estados han tenido que emitir para poder financiar estas multibillonárias operaciones de "Rescate" y de "restablecimiento de la confianza" de los mercados. Una jugada redonda, porque eso ahora permite al capital financiero tener las autoridades políticas y económicas de los diferentes Estados y de la propia Unión Europea bien controladas, e imponerles la estrategia para "salir de la crisis" que les resulta más conveniente.
El problema es, que los neocons pueden jugar a neokeynesianos para salvar los trastos, pero lo socialdemocratas no pueden jugar a neocons, si no es para siuicidarse y de paso arrastrarnos a todos al desastre.Prisioneros del equilibrio neoliberalMala es la solución encontrada al dilema de Nahs, no era este el equilibrio que querían, los que antes se llamaban pueblo, o clase trabajadora o media, o la inespecifica sociedad civil. Y ante esta situación, el modelo democrático les sigue pidiendo que voten y les meten en un doble dilema del prisionero: ¿A quien votar al prisionero Zapatero  (A), o Rajoy (B), o directamente a Botin.?, el rollo siempre es, y sirve, para lo mismo, gire en un sentido u otro.
Como en el Dilema de Merrill, deberán los prisioneros encontrar el camino donde todos ganen, no puede ser como hasta ahora, que siempre ganen los mismos e impongan sus criterios, unilateralmente, a los demás.
Nashs ha pactado con sus fantasmas, los Gobiernos deberán hacer lo mismo con los mercados, pero sin perder soberanía.
Albert Pérez Novell NVConsulting

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