Para Shigeru Ban, la sostenibilidad no es un concepto a añadir; es intrínseca a la arquitectura. Los materiales locales deben aplicarse en cada contexto con naturalidad. Su arquitectura es honesta. De verdad. Sus edificios son sencillos, respetan a sus habitantes. Su arquitectura es optimista; llama a la acción. Shigeru Ban es un modelo para las generaciones futuras. Por eso, se merece el galardón máximo en arquitectura. Felicidades Sr. Ban, es Vd. el mejor arquitecto del mundo.
Shigeru Ban construyendo tiendas de campaña en Haití, 2010
El arquitecto japonés de 56 años Shigeru Ban, originario de Tokio, fue galardonado el lunes pasado como el nuevo premio Pritzker de Arquitectura. La razón, sencilla. Su contribución a la humanidad -objetivo de los reputados premios- en construcciones para desastres naturales o causados por el hombre. Guerras, terremotos, tsunamis y otras desgracias han sido el campo donde Ban ha encontrado utilidad a su arquitectura sencilla, sostenible y eminentemente práctica.
Tienda de papel para emergencias, en Ruanda, 1999
Casa de cartón en India, 2001
Comenzó su carrera en 1985 estableciendo oficina en Tokio, para crecer luego con despachos en Nueva York y París. Casas ultra minimalistas y edificios en la ortodoxia arquitectónica más japonesa fueron muchos de sus trabajos realizados en sus varios estudios.
Casa ‘desnuda’ en Japón, 2000
Casa ‘sin muros’ en Japón, 1997
Nicolas G. Hayek Center en Tokio, 2007
Pronto trabajó con edificios más experimentales y llevó acabo grandes obras en museos, centros religiosos, pabellones de exposición, centros de conferencias, y edificios de oficinas. Grandes y pequeños, para ilustres habitantes, o para niños sin recursos, los nuevos tipos de arquitectura fueron aplicados en las más diversas construcciones por Ban.
Catedral de catón en Nueva Zelanda, 2013
Pabellón de Japón en Hannover 2000
Escuela temporal en China, 2008
Haesley Nine Bridges Golf Club House en Corea, 2007
Pero desde muy pronto el ‘gusanillo’ de la arquitectura humanitaria llamó a la puerta de este japonés inquieto. Era el terreno ideal para experimentar con tubos de cartón, materiales de packaging, containers de carga, bambú, papel, tela e incluso reciclados de plástico y otras fibras. Las construcciones temporales y baratas necesitaban de estos nuevos materiales.
Kirinda House en Sri Lanka, 2007
Sala de conciertos de cartón en l’Aquila, 2011
Iglesia de papel, Japón 1995
Las catástrofes y tragedias humanitarias han sido el terreno donde este ‘buen samaritano’ de la arquitectura ha desarrollado construcciones baratas, elegantes y sencillas pero útiles; ha estado presente en terremotos, huracanes, guerras y demás tragedias como las de Ruanda, Turquía, Indía, China, Italia, Haití y por supuesto Japón.
Y esta arquitectura de emegencia ha sido la que la ha hecho consagrarse como merecedor del máximo galardón en arquitectura.
Casa de papel en Japón, 1995
Sistema de partición en Japón, 2010
Toda la información sobre el premio Pritzker en la web oficial: www.pritzkerprize.com
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