Revista Salud y Bienestar

Probado con éxito el primer 'páncreas artificial'

Por Anna

 

Ya sabéis lo mucho que me gusta despertarme con noticias tan positivas como esta, así que no podía evitar trasladárosla a vosotros. Aquí os la dejo...


Un páncreas artificial que regula con precisión el nivel de glucosa en la sangre se ha ensayado con éxito en once pacientes diabéticos en el hospital General de Massachusetts (EE.UU.). El dispositivo, aún en fase de desarrollo experimental, promete mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes tipo 1, la forma más grave de la enfermedad. Además, promete prevenir complicaciones graves en pacientes con diabetes inestables, es decir, pacientes que no consiguen regular bien su nivel de azúcar en la sangre con las terapias actuales. "Esperamos que un páncreas artificial portátil esté disponible para los pacientes en cinco años", ha declarado por correo electrónico Steven Russell, médico del hospital de Massachusetts y coautor de la investigación.


La diabetes tipo 1, que suele iniciarse en la infancia, afecta a más de 200.000 personas en España. Se debe a la destrucción de las células del páncreas que producen insulina, la hormona que contrarresta el exceso de azúcar en la sangre. La incapacidad de regular bien el azúcar causa daños en las arterias que pueden desembocar en problemas de salud graves como enfermedades cardiovasculares, problemas renales o ceguera. En ese tipo de diabetes las células que producen insulina en el páncreas son destruidas por el sistema inmunológico, lo que hace necesario un tratamiento para controlar el nivel de la hormona en la sangre. El control de la insulina conlleva siempre el peligro de la hipoglucemia, un problema causado por un nivel demasiado alto de la hormona que puede ser fatal.


El páncreas artificial es un avance que esperan desde hace años médicos y asociaciones de pacientes. Los dispositivos ensayados en los últimos años no han logrado evitar hipoglucemias. El dispositivo desarrollado en la Universidad de Boston y ensayado en el hospital de Massachusetts introduce varias mejoras respecto a los proyectos anteriores.

Consta de tres elementos: un sensor que mide la glucosa cada cinco minutos; un software que analiza los datos del sensor; y una bomba que, siguiendo las instrucciones del software, inyecta dosis precisas de las hormonas insulina (que rebaja el nivel de azúcar) o glucagón (que lo eleva). Gracias al glucagón, los investigadores han conseguido evitar las hipoglucemias que se observaban con aparatos que solo administraban insulina. Otra ventaja sustancial respecto a intentos anteriores es el nuevo programa informático que decide las cantidades de insulina y glucagón que se deben inyectar. "Este es el primer estudio que pone a prueba un páncreas artificial y que usa tanto insulina como glucagón en personas con diabetes tipo 1"


Por ahora, el páncreas artificial aún no es portátil y ha tenido que ensayarse en un hospital: el sensor de glucosa estaba conectado a una vena del brazo, el software estaba cargado en un ordenador, y las bombas de insulina y glucagón inyectaban las hormonas a través de un catéter en el abdomen. Pero el objetivo es miniaturizarlo. "El dispositivo que tenemos en mente será portátil", informa Russell. "Incorporará un sensor de glucosa insertado bajo la piel que se comunicará de manera inalámbrica con una bomba del tamaño de un móvil que administrará insulina y probablemente glucagón. La bomba llevará un chip con el software que decidirá las dosis".


En este primer estudio del páncreas artificial, once pacientes diabéticos han permanecido ingresados durante 27 horas en las que han tomado tres comidas ricas en carbohidratos. Según los resultados presentados ayer en la revista Science Translational Medicine, no se ha producido ningún episodio de hipoglucemia y en seis de los pacientes se ha conseguido un nivel medio de glucosa de 140 mg/dl sangre, que es inferior al objetivo de tratamiento internacionalmente aceptado de 154 mg/dl. En los cinco pacientes restantes, se ha descubierto que el problema era que en ellos la insulina actuaba más lentamente, por lo que se ha adaptado el software para corregir el problema. En una segunda prueba se ha conseguido así un nivel medio de glucosa de 164 mg/dl.


El próximo estudio, que se iniciará en mayo, incluirá un número mayor de pacientes que permanecerán ingresados durante 48 horas. "Un sistema como este podría sustituir la necesidad de que los pacientes tengan que controlar sus niveles de azúcar y tomar decisiones de tratamiento cada pocas horas".


Fuente: La Vanguardia y El Periódico.


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