Recibí un fabuloso obsequio hace poco, por contestar encuestas online. En esta ocasión se trata de un vaporizador de alimentos marca Kalley, la cual indica en su publicidad que permite cocinar alimentos sin necesidad de aceite o mantequilla lo que permite reducir las calorías y conservar las vitaminas de cada alimento.
La vaporera está hecha de plástico altamente resistente que permite ver los alimentos durante el proceso de cocción. Tiene apagado automático cuando termina el ciclo o se acaba el agua, y tiene 3 niveles y un recipiente de arroz, como se observa en la foto, para poder preparar diferentes alimentos al mismo tiempo.
En el mercado la he visto desde 100.000 pesos colombianos y debo decir que es un excelente complemento para la cocina. Empezar a utilizarla es muy fácil, trae un manual de instrucciones que se lee rápidamente y tablas de sugerencia de tiempos de cocción de los alimentos.
6 ventajas de cocinar al vapor son:
- Los alimentos conservan sus nutrientes, vitaminas y minerales
- Los alimentos tienen menos calorías y no se requiere de añadir grasas ni aceites extra
- El sabor se preserva al igual que la textura y aroma
- Los alimentos quedan muy jugosos
- Los alimentos no se queman ni se pegan
- Se pueden cocinar varios productos a la vez
Las instrucciones recomiendan poner las carnes, pollos o pescados en la bandeja inferior para que los jugos de dichos alimentos caigan en la bandeja recolectora. En la segunda bandeja coloqué el recipiente del arroz, añadí 1 pocillo de arroz previamente lavado para eliminar el almidón y 1 pocillo de agua con sal. En la bandeja superior puse los vegetales, zanahorias, pepino y calabaza picada.
Agregué agua en el compartimento correspondiente fijándome en no pasarme el tope máximo y encendí la vaporera moviendo el reloj a 60 minutos. Pasados los primeros 20 minutos estaba escéptico de que iba a funcionar, sobre todo por el pollo, ya que no veía mucho vapor, pero al llegar los 30 minutos, los alimentos estaban completamente cubiertos de vapor. A los 40 minutos me fijé que el indicador de agua estaba llegando al “mínimo” sugerido por lo cual volví a rellenarlo de agua hasta el tope. Al culminar los 60 minutos sentí la necesidad de encenderlo de nuevo, una parte de mí no estaba completamente convencido, pero decidí no hacerlo, debía verificar si los alimentos estaban listos.
Los vegetales quedaron suaves y jugosos, el arroz quedó delicioso, en su punto, y el pollo quedó perfectamente cocido, con un sabor bastante sabroso.
La limpieza de la vaporera es muy fácil y rápida comparado con una olla normal que en ocasiones requiere una limpieza más detallada al tratar de eliminar grasas.
Definitivamente cocinar con una vaporera es una experiencia formidable que ahora tiempo en la cocina y permite comer más saludable.