El desarrollo normal del niño requiere que éste adquiera una serie de habilidades que le lleven desde la total dependencia a una relativa autonomía. En este proceso pueden surgir dificultades o desfases y que pueden llegar a constituir un problema para la familia y el menor. Muchos comportamientos "normales" llegan a ser problemáticos entre otros motivos porque:
- Se siguen produciendo a pesar de la edad.
- No cumplen las expectativas familiares.
- No se enseñan los hábitos adecuados.
- La familia (o algún miembro) las sigue manteniendo.
Para prevenir problemas de comportamiento infantil es fundamental ayudarles a crear hábitos para toda la vida. Estos hábitos estarán relacionados con la alimentación, la higiene, el ocio, el ejercicio y el descanso.
Los problemas más leves de comportamiento son un hecho normal que abarcan numerosos aspectos de la vida del niñ@ como seguir las normas, obedecer instrucciones, autonomía del comer, irse a dormir, asearse, hacer las tareas, etc...
Si existen alguna problemática en estos aspectos es adecuado que la familia los detecte y los autoregule en los momentos iniciales para hacer una buena intervención temprana. El problema es que, si no se modifica adecuadamente, pueden llegar a afectar la convivencia familiar, escolar y social.
Los problemas de comportamiento infantil se dividen en tres bloques:
- Problemas cotidianos de comportamiento. Desobediencia, rabietas, desorden, falta de higiene personal, problemas para dormir, comer, etc...
- Trastorno negativista desafiante. El niño con este trastorno se caracteriza por tener un patrón persistente de enfado, irritabilidad y resentimiento. Suele estar en el centro de muchas discusiones y su actitud es desafiante, rencorosa y vengativa.
- Trastorno de la conducta. Patrón repetitivo y persistente de violación de las normas sociales y de los derechos de los otros, agresión a personas y animales, destrucción de la propiedad, etc...
Es importante resaltar que los padres atribuyen los problemas de comportamiento infantil básicamente a causas biológicas (herencia) (se parece a ..., le pasa lo mismo que le pasaba a su..., etc...); y a rasgos de su personalidad (es desobediente, es despistado, es desordenado, etc...). Sin embargo, las investigaciones demuestran que lo más relevante es la influencia del ambiente destacando el aprendizaje y los estilos educativos de sus padres o cuidadores.