Revista Deportes

Problemas de la selección española en la transición defensiva

Publicado el 11 abril 2015 por Futbolgol

sergio-busquets

Paralelamente a la trayectoria del Barça, en la selección española de Vicente del Bosque uno de los primeros síntomas de crisis que se detectó fue la pérdida en la intensidad en la presión alta, signo de identidad, sobre todo, del equipo entrenado por Pep Guardiola. En la selección española, con prácticamente los mismos jugadores, el proceso fue similar.

El éxito en la presión alta se fundamenta en dos aspectos, el primero es tener jugadores adecuados para hacerla, por ejemplo, Villa era un punta muy útil, ya que tiene una gran capacidad de trabajo y mucha resistencia, por lo que puede incordiar a la defensa rival constantemente. La otra, es que tácticamente tiene que estar muy bien estructurada porque cualquier error en su ejecución puede abrir una autopista hacia la propia portería. Cada una de las líneas tiene que saber, exactamente, lo que tiene que hacer y el momento en que deben ejecutar las acciones. El punta se debe encargar de impedir una salida limpia de balón por parte de los centrales. La línea de mediapuntas debe desconectar la conexión entre los mediocentros y los laterales rivales y los mediocentros propios tienen que tratar de tapar los huecos que han dejado los de delante suyo yendo a presionar.

Se han visto atisbos de recuperar esta característica, por ejemplo en el partido de infausto recuerdo ante Holanda, en el pasado Mundial de Brasil. Se logró, en parte, durante algunos minutos, impidiendo que los centrales holandeses se sintieran cómodos con el balón, sin embargo, se cometieron varios fallos importantes, consistentes en permitir un juego cómodo a 1 toque o 2 una vez superada la primera línea de presión y en no tapar, correctamente, los envíos en largo de los defensas a jugadores verticales, como Robben, síntoma de una mala sincronización entre líneas.

A lo largo de la fase de clasificación también se ha visto querencia por ir a por el rival cuando se pierde el balón. Falta consistencia, solidificar el centro del campo y que los jugadores vuelvan a creer en el plan de juego, porque hay que ser muy fuerte mentalmente para realizar, sostenidamente, una transición defensiva tan exigente como la propuesta por este conjunto.


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