Además de leer blogs sobre derecho, justicia y política, procuro seguir algunos blogs que manejan asuntos propios de la actividad de blogger.Bajo ese entendido, me gusta revisar aquellos espacios en los que se dan consejos sobre diseño, se explican algunos aspectos de programación de plantillas, y se informa sobre algunos aspectos relevantes para la actividad de blogger.A paso extremadamente lento, he intentado incorporar algunos de estos conocimientos a mi actividad de blogger, lo que ha incidido en algunos aspectos funcionales de este espacio.
Una de las páginas que sigo, que se llama Pizcos Blog, trae una variedad de entradas, y recomiendo su lectura a quienes estén interesados en explicaciones que puedan ser entendidas por personas no versadas en asuntos de programación y diseño.Hace poco, se publicó allí una entrada titulada “Desmitificando la supremacía de Internet Explorer”, mostrando unas estadísticas que extrajo de una página titulada w3schools.com.La conclusión de ese blogger es que Internet Explorer ya no es el rey de los exploradores (browsers) y que Firefox está asumiendo el liderazgo.Además de las estadísticas, permite observar sus gráficos extraídos de Google Analytics para demostrar que esa tendencia es real.
Observo mis gráficos de Google Analytics, y observo los datos que me arroja Feedburner (para el seguimiento de las suscripciones vía RSS o vía correo electrónico, y puedo concluir que casi todos quienes acceden a la página a través de los feeds, lo hacen a través de Firefox.En cuanto al acceso real al blog, Internet Explorer lleva la delantera, aunque no por mucho.En consecuencia, concluiría yo que lo que Pizcos menciona es un hecho real.
Cuando tuve acceso a esta información, hace ya algunos días, recordé una discusión que sostuve con un buen amigo que es Ingeniero de Sistemas, acerca de los exploradores de Internet.Le mencionaba yo que casi todas las personas que conocía utilizaban navegadores diferentes a Internet Explorer, y que consideraba un mito la supremacía de Internet Explorer.El me arrojaba datos estadísticos que mostraban la verdadera supremacía de Internet Explorer, y en esa ocasión, no continué la discusión, por carecer de elementos de juicio para controvertir sus conclusiones.
Revisada la entrada de Pizcos, decidí enviarle un mensaje a mi amigo con el enlace a la entrada.Lo revisó, y me dijo (en tono de duda) que el consideraba que esa información era regional o filtrada.Luego de 1 minuto, inundó la ventana de chat con algunos enlaces que me llevaron a las siguientes páginas:
1. Estadísticas de Market Share
2. Estadísticas según Wikipedia
Revisando las dos páginas, me encuentro con estadísticas completamente diferentes a las que observé en la página de Pizcos Blog.Según esto, Internet Explorer maneja aproximadamente el 60% del mercado, Firefox es un claro segundo, y el resto se reparten las migas de la torta –entre ellos Google Chrome, que es el explorador que yo uso pincipalmente– en Internet.Nuevamente, quedé perplejo ante los datos que me arrojaba mi contraparte en la discusión.Debo aceptar que en la actualidad (para quienes no somos expertos en temas específicos) resulta difícil desvirtuar a Wikipedia.
Me recordó esta situación a una de las quejas que contra los blawgs exponía hace algún tiempo Brian Leiter y que critiqué duramente en “‘Pico’ con profundo respeto: Alana Jara Urzola”. Leiter exponía que cualquier podía exponer su opinión en un blog y que eso podía generar confusiones acerca de lo que es una opinión seria de una no muy seria. Si bien lo de la seriedad no se relaciona necesariamente con la autoridad que emita la opinión, sí debe aceptarse que uno puede encontrar posturas completamente opuestas sobre un mismo punto. Lo mismo ocurre con las estadísticas.
Independientemente de que navegador de Internet nos place usar, el hecho de encontrar estadísticas contradictorias en la red nos pone a pensar acerca de aquellas estadísticas que no pueden ser controvertidas con tanta facilidad. Un ejemplo de ello, que se vive constantemente en el país, es el del incremento de la inflación en el país. En realidad, actualmente la economía se mueve en torno a estadísticas que son difícilmente controvertibles por la cantidad de datos que se requiere manejar. Sin embargo, la mayoría de la población duda muy seriamente de la veracidad de las cifras en materia de inflación.
Otro ejemplo sencillo sobre las estadísticas, es el que se presenta respecto de la favorabilidad de los candidatos presidenciales y del Presidente (y candidato) Uribe. Se manejan cifras que lo muestran como un imparable candidato, aunque en muchos círculos es obvio el rechazo que genera su candidatura. Si nos basáramos únicamente en la postura de la mayoría de blawggers colombianos, parecería evidente que la re-re-elección presidencial sería un evidente fracaso. Sin embargo, las estadísticas más amplias muestran una tendencia contraria a la que percibimos los blawgers del país.
Otra lección más nos deja este capítulo relacionado con los navegadores de Internet. Es el eterno debate entre verdad y percepción.Es la lucha entre la estadística y la realidad.Es reflexionar acerca de qué tanto podemos creer en los números, y que tan manipulables son estos. Por ello es que en un mundo guiado por subjetividades, es importante hacer esfuerzos doblemente intensos para procurar la objetividad en nuestros juicios.