Revista Cultura y Ocio

Procedimientos dramáticos

Por Fuensanta

El diálogo en una obra dramática explica el argumento, describe la tesis, crea los caracteres y despierta la emoción. Junto con las acciones y la mímica forma la obra teatral. Pero, además de sus posibles valores literarios, el diálogo también es un medio de expresión de algunos procedimientos que producen interesantes efectos dramáticos. Estos procedimientos son: la ironía, el suspenso, la inversión, el descubrimiento y la prefiguración. Todos ellos deben ser reconocidos por un buen director de escena y deben ser destacados en el transcurso de la obra por el carácter especial que dan a ciertas escenas o a la obra en su totalidad, o por su importancia para el progreso argumental.

La ironía se presenta bajo varias formas. Puede ser la expresión dicha por un personaje que tenga un doble sentido. Por ejemplo, Lady Macbeth le dice a su esposo que “habrá que ocuparse de Duncan”, y el público sabe perfectamente que esa ocupación tiene en este caso un carácter siniestro. En muchos casos se trata de una interpretación literal y otra figurada. Es el caso de Electra cuando es preguntada por Egisto por los dos jóvenes forasteros que han llegado y ella contesta que “se han abierto camino hasta el corazón de la anfitriona”, cuando la realidad es que la han asesinado.  Puede resultar de la diferencia de conocimientos entre varios personajes, en cuyo caso el público, que tiene todos los datos necesarios, reconoce de inmediato la ironía de la situación. Es el caso del Mensajero asegurándole para consolarlo a Edipo que Polibio, que ha muerto, no es su verdadero padre, con lo cual lo que consigue es crearle mayor inquietud. En ocasiones se trata de una ironía derivada del comportamiento de un personaje, que trata de conseguir algo y consigue justamente el efecto contrario o resultados muy diferentes, inesperados y no deseables. La ironía puede tener efectos cómicos o trágicos según el tratamiento que se le dé.

Procedimientos dramáticos

Edipo con la Esfinge. Vasija griega.

El suspenso es el retardo deliberado de la solución de una acción o conflicto. Supone tensar las emociones del público hasta el grado máximo. Es un procedimiento muy propio del melodrama y cuenta a menudo también con el factor sorpresa. Es en gran parte una cuestión de acción y no de palabras o diálogo. Si se combina con un gran lenguaje poético y una tesis importante puede ser el sustento de obras maestras, como es el caso de “Macbeth”.

La inversión es un cambio en el progreso previsible de la acción. Puede ser temporal o representar un cambio decisivo en el final de la obra y en el destino de los personajes. También puede contener elementos de descubrimiento, ironía y suspenso. En “Electra” de Sófocles, Egisto está convencido de su buena fortuna pues cree que van a mostrarle el cadáver de Orestes, su enemigo, pero lo que el mismo Orestes disfrazado le muestra es el cadáver de su esposa Clitemnestra, lo que es un cambio decisivo en su destino fatal. En la farsa y en el melodrama el procedimiento de la inversión es frecuente, pero al final siempre aparece un recurso sorprendente mediante el cual se evita el desastre.

El descubrimiento consiste en el conocimiento de un hecho o situación que modifica la acción y la actitud de los personajes. Puede ser repentino, como el descubrimiento de la identidad de un personaje, o prolongado y paulatino a lo largo de la obra, como en “Edipo rey”.

La prefiguración, llamada también presagio, es un elemento de anticipación en una obra. Una prefiguración puede ser directa e ingenua -por ejemplo, que un personaje que finalmente se suicidará ahorcándose juegue a hacer nudos con una cuerda- o muy sutil y simbólica, como el Pastor Manders  en “Espectros” de Ibsen, que hace su aparición primera huyendo de la lluvia, donde esa acción inicial representa una actitud total del personaje.

Estos procedimientos dramáticos deben ser reconocidos por un buen director de escena y manejados como parte de su material, para poder explotarlos eficazmente en la graduación de la tensión dramática y destacarlos en su justa medida dentro del plan de la obra.


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