Proceso constituyente

Proceso constituyente

El Sr. Iglesias se estrena en Barcelona con un mitin en el que defiende, de entrada, el inicio de un proyecto constituyente para terminar con las reglas de juego actuales e iniciar otras nuevas, sin saber muy bien qué cambios desea en esta nueva ley de leyes que propone. Tal vez siguiendo el principio venezolano, pretende una norma que le permita perpetuarse en el poder, a guisa de los hermanos Castro o del propio Chávez, que fracasó un par de veces en el intento, pero acertó, como casi siempre en las cuestiones comerciales o de estrategia publicitaria, en el tono que debía emplear en una comunidad cuyos actuales gobernantes tapan la grave crisis económica mediante la cortina del independentismo y de que sus problemas nacen de una España opresora, de la que sin saberlo, forman parte. La única posibilidad de no mencionar la palabra independencia, de no violar la normativa actual, era precisamente, la propuesta de modificar la constitución para hacer encaje de bolillos con las reivindicaciones catalanas, y es exactamente lo que el Sr. Iglesias llevó a cabo, de manera que nadie pueda acusarle, en la futura campaña, de atentar contra norma alguna. Maragall, que acudió al mitin, quedaría sorprendido, de no estar mermado por el Alzheimer, de la capacidad y la osadía políticas de D. Pablo, lobo con piel de cordero encaminándose hacia la cuota de poder que le otorguen las urnas en las próxkmas generales y que en cualquier caso, va a resultar demasiada.