Revista Salud y Bienestar

Procesos afectivos

Por Gabriel Giner @esaludcom

Cuando utilizamos la introspección como método para observar nuestro interior, podemos notar experiencias diferentes de aquellas que nos llegan del mundo exterior; estas son llamadas experiencias afectivas o procesos afectivos. Los mismas no abarcan recuerdos ni pensamientos, sino que contienen directamente los sentimientos de cada individuo.

¿Qué son los procesos afectivos?

Los procesos afectivos son fenómenos psíquicos de carácter íntimo y personal, pues son experimentados desde una perspectiva subjetiva. Se encuentran dominados por dos grandes condiciones: el aspecto cualitativo y el cuantitativo. Dentro del aspecto cualitativo podemos mencionar la orientación de la conducta y la dirección de las actitudes de reacción; dentro del aspecto cuantitativo encontramos la movilización y el traslado de la energía orgánica.

La vida afectiva se compone de aquellos fenómenos que se presentan en la consciencia como modificaciones del Yo y se identifican con el sujeto que los experimenta. Según el psicólogo y filósofo belga Georges Dwelshauvers, la vida mental comienza por lo afectivo y las experiencias afectivas son las manifestaciones más elementales de la vida consciente.

Los procesos afectivos constituyen uno de los tres aspectos principales del comportamiento humano y son los principales motivadores de tal comportamiento.

Nuestros sentimientos permanecen en nuestras sensaciones; en nuestros deseos; en nuestros actos, determinando qué percepción o idea debemos seguir.

Enrique Mouchet (psicólogo argentino) propone dos especies de sensación, en cuanto al efecto psíquico que producen: la sensación con noción y la sensación con emoción. La sensación con noción se muestra acompañada de un conocimiento previo y es una sensación consciente, en cambio la sensación con emoción puede vincularse a las tendencias y en ocasiones puede darse de manera subconsciente. Sin embargo, la transición entre una y otra es insensible; de hecho, si bien hay sensaciones más particularmente reservadas a la emoción y otras más reservadas a la noción, en algún momento todas serán acompañadas de noción y emoción a la vez.

Las tendencias de los procesos afectivos

Las tendencias son modos de comportamiento. Estos comprenden grandes variedades de acciones adquiridas por los individuos, que se asemejan a un tipo general de acciones que son innatas de la especie. Las diferentes reacciones adquiridas por la experiencia de cada uno de nosotros, obedecen a las tendencias. Estas tienen un fondo común, típico y hereditario.

Las tendencias son fuerzas latentes del organismo; dichas fuerzas a veces derivan hacia los sentimientos y otras veces derivan hacia el actuar. De la emoción y el actuar surgen las emociones y los instintos.

Para Howard C. Warren (psicólogo americano) la tendencia es la base de la acción, el fundamento de la motricidad, aquello que motiva el movimiento y que se modifica al contacto de los estímulos exteriores.

Teorías de las emociones

Teoría de las emociones

Las emociones son estados psicológicos complejos compuestos por hechos de la consciencia. Estas pueden ser originadas por imágenes e ideas y se hallan estrechamente ligadas a los instintos y las tendencias. Las mismas involucran tres componentes distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica y una respuesta conductual o expresiva.

Si bien los expertos creen que hay una serie de emociones universales básicas, también creen que experimentar emociones puede ser muy subjetivo. La experiencia subjetiva es uno de los principales componentes de las emociones. Aunque se puede generalizar una emoción como estar enojado, feliz o triste, la propia experiencia del sujeto es lo que define cada emoción.

En palabras de Mc Dougall (psicólogo inglés), cada instinto presenta una emoción, por tanto, se puede concluir que la emoción es el aspecto afectivo del instinto.

La teoría intelectualista, propone que el estado mental sería el principal factor de las emociones. Estas tendrían su origen en la conciliación o choque entre ideas, generando posteriormente los fenómenos fisiológicos concomitantes. Según esta teoría, las emociones serían un estado mental especial donde los hechos sucederían con un orden cronológico que incluye: una idea, la emoción y por último la expresión de esa emoción.

La teoría psico-fisiológica de James y Lange sugiere que las emociones ocurren como resultado de reacciones fisiológicas a los hechos. En otras palabras, esta teoría propone que las personas tienen una respuesta fisiológica a los estímulos externos y que la interpretación de esa respuesta físiológica resulta en una experiencia emocional. Estos autores dan extraordinaria importancia a los movimientos orgánicos internos y a las expresiones externas.

Para William James y Carl Lange los hechos suceden en un orden cronológico diferente al de la teoría intelectualista; en primer lugar se ubica la idea, luego la expresión orgánica y por último la emoción. Esta es una de las teorías más utilizadas en la psicología positiva; no es sin razón que psicólogos aconsejan a las personas que se encuentran tristes que pongan cara de alegres, se miren frente a un espejo y ensayen su risa. La reacción emocional dependerá de cómo se interpreten las reacciones físicas

El placer y el dolor

El placer y el dolor se encuentran en el grupo de las llamadas “experiencias afectivas simples”. De acuerdo a la psicología clásica, estos serían los elementos básicos de toda vida sensible, entendiéndose por placer todo lo que causa agrado y satisfacción, y por dolor todo lo que causa desagrado.

Cuando hablamos de placer nos referimos a la expansión, el aumento de energías psíquicas que se convierten en beneficios; en cambio, cuando hablamos de dolor hacemos referencia a un retroceso, al displacer, a la disminución de la energía psíquica que se convierte en destrucción y pérdida para un individuo.

Tanto el placer como el dolor pueden ser clasificados en dos grupos: físico y moral. El placer físico puede ser, por ejemplo, saborear un alimento que produzca una sensación agradable o tocar algo que de calor cuando se tiene frío y, el placer moral puede ser recibir un elogio o una noticia alentadora. En relación al dolor, un dolor físico puede ser producido por un corte o una quemadura y, un dolor moral puede ser producido por una mala noticia o por pensamientos negativos.

Según la teoría psicoanalítica, el individuo tiene instintivamente a buscar la satisfacción. El principio de placer se encuentra ligado a la mente inconsciente, a el Ello de la personalidad. El Ello es quien intentará dominar la mente para satisfacer las necesidades y los impulsos instintivos que generan placer y permiten que la energía psíquica fluya libremente.

Siguiendo con la teoría psicoanalítica, el dolor pasaría a formar parte del principio de realidad, el cual se encuentra gobernado por el Yo de la personalidad y pretende controlar los impulsos instintivos enviado por el Ello. Conforme el principio de realidad, la energía psíquica ya no fluye libremente, sino que es transformada para que circule de manera controlada.

Las pasiones

Las pasiones

Las pasiones son estados afectivos crónicos, estables, intensos y duraderos. A diferencia de lo que se cree usualmente y que algunos autores han dejado entrever, en las pasiones no hay una eliminación de la razón. No se puede decir que una persona pasional no piensa, ni que la pasión implica la eliminación de la razón. Si bien un sujeto se puede dejar llevar por sus sentimientos y darle un lugar a los impulsos, su cerebro racional sigue funcionando, aunque con una tendencia que se inclina hacia su lado emocional.

La racionalización es un proceso normal de la actividad física. Este consiste en la autojustificación y en el esfuerzo de direccionar los pensamientos en busca de razones o justificaciones a sus actos. El sujeto pasional, tiende a desvirtuar la realidad y creer en los hechos de pura imaginación; el mismo presenta un raciocinio lógico, por lo menos ante sí mismo, aunque carece de objetividad.

Un estado pasional se caracteriza, en primer lugar, por la total concentración y absorción de la vida psíquica en un asunto determinado, envuelto en una intensa tonalidad afectiva. Bajo el dominio de la pasión, el Yo se torna desequilibrado, absorbido por la inclinación pasional. El Yo subsiste identificado con la pasión dominante hasta que surjan nuevas fuerzas que lo ayuden a recobrar el equilibrio y lograr su independencia.

Las formas de pasión corresponden a la misma cantidad de sentimientos posibles. Existe la pasión por la belleza, por el arte, por el éxito, por la justicia, por el amor, etc. La pasión amorosa es de las más mencionadas, pues ésta puede llevar al individuo a cometer hechos desacertados y terminar al borde de la desesperación.

La pasión es un interés afectivo dominante, que lleva al individuo hacia la acción. Ésta se forma cuando la personalidad normal rechaza ciertas aspiraciones profundas que no puede controlar, pero tampoco eliminar de su psiquis. Según la teoría freudiana, estas manifestaciones serían impulsos enviados por el Ello.

En el núcleo de toda pasión encontramos una especie de idea fija obsesiva que sufre modificaciones a lo largo del proceso pasional. Finalmente ésta se desarrolla confiscando la mayoría de las fuerzas mentales que habitan en la psiquis y se nutre de esa idea obsesiva creada anteriormente, que desplaza a todos los demás impulsos y deseos. A menos que sea destruída por un nuevo despertar del Yo, se encontrará dominando la consciencia con los impulsos pasionales que emergen desde el inconsciente.

El afecto

El afecto es la expresión externa de sentimientos y emociones. Este puede maniferstarse mediante expresiones como ser: el tono de voz, una sonrisa, rigidez facial, ceño fruncido, una lágrima, morderse los labios, un sonido agradable o una mirada. Cualquier expresión facial, movimiento corporal o tono de voz que indique una emoción será considerado un afecto.

Generalmente el afecto es utilizado para la comunicación entre individuos, para descifrar la manera en la que otra persona se siente con respecto a un acontecimiento.

Tipos de afecto

Existen cuatro  tipos principales de afectos, los cuales se muestran de acuerdo a la reacción del individuo ante las emociones.

Afecto plano 

Este tipo de afecto es una restricción de toda expresión de emoción. Por ejemplo, una persona que utiliza el afecto plano no expresará su emoción a través de expresiones faciales, tono de voz o movimientos corporales.

Afecto amplio

Este es un tipo de afecto que suele mostrarse comunmente en individuos psicológicamente saludables. Esta persona puede expresar una amplia variedad de afectos para mostrar tristeza, emoción, felicidad, miedo, vergüenza, etc.

Quien muestra un afecto amplio presenta la capacidad de demostrar sus emociones a través de diversas expresiones faciales, por ejemplo, puede expresar una amplia variedad de afectos para mostrar tristeza, alegría, felicidad, miedo, vergüenza, etc.

Afecto restringido

El afecto restringido denota un rango limitado de afectos que una persona puede demostrar. Por ejemplo, cuando hablan de algo por lo que están realmente felices o entusiasmados, es posible que no sonrían o expresen sus emociones de manera alegre.

Existen casos donde el afecto restringido se vuelve más severo y  la expresión de la emoción se vuelve aún más ausente. En ocasiones, quienes demuestran un afecto restringido pueden verse como personas inexpresivas e insensibles, pero esto se debe a que limitan su afecto para su uso personal.

Afecto resbaladizo

Este es un efecto inestable, el cual generalmente se encuentra desproporcionado a la situación.  Este tipo de afecto a veces es visto como inadecuado. Por ejemplo, una persona con la que se está manteniendo una conversación puede hacer un comentario divertido y la reacción que se genera con el afecto resbaladizo puede ser, una risa incontenible y exagerada por un período de tiempo prolongado.


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