La procrastinación es uno de los grandes dolores de la vida actual. Tenemos mucho que hacer, muchos imputs de información constante a través de redes sociales e internet y dejar todo para otro momento es la práctica más habitual. Hay que tener mucha fuerza de voluntad para no dejar nada para después y ponerse ahora a hacerlo. Pero la realidad es que no hacerlo ahora y procrastinar trae importantes desventajas para nuestra salud emocional y también física. Y no sólo es algo que aplique al trabajo sino a todos los estadios de nuestra vida.
Dejar todo para después nos roba energía, nos deja pensando en eso que no hemos hecho y que está pendiente, nos genera frustración por no haberlo hecho… Realmente los efectos negativos y nocivos de la procrastinación son muchísimo mayores y con más calado que hacer lo que hay que hacer en el momento venciendo la pereza.
De hecho se ha estudiado y se sabe por sentido común del día a día que lo que dejamos para después se podría haber hecho en cuestión de minutos pero que dejarlo para después, ocupará muchísimo más tiempo de nuestra vida. Y es que lo que se deja para luego, se complica.
¿Cómo vencer la procrastinación? Como todo, trabajando en ello día a día, con esfuerzo y sobre todo, con compromiso con uno mismo. Veamos algunas estrategias y herramientas para vencer la procrastinación.
Comprendiendo la procrastinación
La procrastinación es un fenómeno psicológico que se manifiesta cuando una persona aplaza tareas o actividades que deben realizarse, optando en su lugar por actividades menos importantes o más placenteras. A menudo, las personas procrastinan a pesar de tener la intención y el conocimiento de que es importante completar la tarea en cuestión.
Manifestaciones de la Procrastinación:
La procrastinación puede manifestarse de diversas maneras en la vida cotidiana. Algunos ejemplos incluyen:
Aplazamiento constante:
Postergar tareas importantes, como proyectos laborales, trabajos académicos o responsabilidades domésticas, hasta que el plazo está a punto de vencer.
Posponer decisiones: Evitar tomar decisiones difíciles o importantes porque se teme equivocarse.
Distracciones frecuentes:
Pasar tiempo en actividades menos productivas, como navegar por las redes sociales o ver televisión, en lugar de abordar las tareas pendientes.
Justificación de la procrastinación:
Racionalizar la posposición de tareas con excusas como «no tengo tiempo ahora» o «lo haré mejor más tarde».
Productividad cíclica:
Experimentar períodos de productividad intensa seguidos de períodos de procrastinación prolongada.
Por qué Procrastinamos
La procrastinación puede atribuirse a varias razones subyacentes, y la comprensión de estas razones es fundamental para abordar el problema. Algunos de los motivos comunes incluyen:
Miedo al Fracaso: El temor a no cumplir con las expectativas o a cometer errores puede paralizar a las personas y llevarlas a posponer tareas.
Falta de Motivación: Si una tarea carece de significado personal o no se ve gratificante de inmediato, es más probable que se posponga.
Perfeccionismo: Las personas que buscan la perfección a menudo procrastinan debido al temor a no alcanzar sus propios estándares elevados.
Distracciones y Tentaciones: La disponibilidad de distracciones, como dispositivos electrónicos y entretenimiento, puede tentarnos fácilmente a procrastinar.
Tareas Desagradables: Las tareas aburridas, desafiantes o desagradables tienden a ser pospuestas en favor de actividades más atractivas.
Entender estas razones individuales detrás de la procrastinación es crucial, ya que permite a las personas desarrollar estrategias específicas para superarla. En la siguiente sección, exploraremos una variedad de estrategias efectivas para enfrentar y vencer la procrastinación en la vida cotidiana.
Estrategias para combatir la procrastinación
La procrastinación es algo que se puede combatir y reducir notablemente. Es necesario implementar una serie de cambios en la rutina y esforzarse por alcanzar los objetivos. En realidad, querer trabajar con la procrastinación va de reducir la desidia, la pereza y ponerse a ello cuanto antes. Es una tarea en sí misma para evitar la procrastinación.
1. Técnicas de Gestión del Tiempo:
Técnica Pomodoro: Divide tu trabajo en intervalos de tiempo de unos 25 minutos de concentración seguidos de un breve descanso de 5 minutos. Después de completar cuatro «pomodoros», tómate un descanso más largo. Esta técnica fomenta la productividad al establecer un marco de tiempo definido para trabajar, reduciendo así la tendencia a posponer tareas.
*Libro Recomendado: «La Técnica Pomodoro» de Francesco Cirillo.
Getting Things Done (GTD): Esta metodología de gestión del tiempo se basa en la organización de tareas en listas. Crea listas de tareas pendientes, priorízalas y descompón proyectos en pasos más pequeños y manejables.
2. Establecimiento de Metas SMART:
Establecer metas que sean Específicas, Medibles, Alcanzables, Relevantes y Temporales (SMART) es una forma efectiva de enfocarse en lo que realmente importa. Esto ayuda a eliminar la indecisión y proporciona claridad sobre lo que debe hacerse.
3. Aprender a decir No a las distracciones:
Bloqueadores de Sitios Web: Utiliza extensiones de navegador como «StayFocusd» o aplicaciones como «Freedom» para bloquear sitios web y aplicaciones que te distraen durante tus horas de trabajo.
Modo Sin Distracciones: Configura tu entorno de trabajo para minimizar las distracciones físicas. Mantén tu área de trabajo ordenada y libre de objetos que puedan distraerte.
4. Autorregulación Emocional:
Practica la autoconciencia emocional para identificar los momentos en que te sientes tentado a procrastinar debido a emociones negativas, como ansiedad o aburrimiento. Utiliza técnicas de manejo del estrés, como la meditación o la respiración profunda, para mantener la calma y mantener el enfoque.
5. «Just Do It» (Simplemente Hazlo):
En lugar de esperar a sentirte motivado o inspirado, comienza la tarea de todos modos. A menudo, una vez que te involucres en la tarea, encontrarás que la motivación sigue.
6. Establecer Plazos Personales:
Si una tarea no tiene un plazo estricto, crea uno para ti mismo. Establecer fechas límite internas puede proporcionar un sentido de urgencia y responsabilidad.
7. Recompensas y Celebraciones:
Recompénsate a ti mismo después de completar tareas importantes. Las recompensas pueden ser pequeñas, como un snack o tiempo libre para hacer algo que disfrutes.
8. Delegar tareas:
Si es posible, delega tareas a otros cuando sea apropiado. No tienes que hacerlo todo tú mismo. La delegación puede liberar tiempo y reducir la presión de tener que hacer todo.
9. Visualización y Planificación:
Visualiza el resultado final de tus tareas y cómo te sentirás al completarlas. Luego, crea un plan detallado que incluya pasos específicos para alcanzar tus objetivos.
10. Mantener un registro de tareas:
Usa una agenda, una aplicación de gestión de tareas o una hoja de cálculo para realizar un seguimiento de las tareas pendientes. Marca las tareas a medida que las completas para obtener una sensación de logro.
11. Buscar apoyo:
Comparte tus metas y desafíos con un amigo, colega o mentor de confianza. La responsabilidad compartida puede ser motivadora.
En coaching tenemos diversas técnicas y fórmulas para trabajar la procrastinación de manera efectiva. El acompañamiento es esencial y desde Utopía diseñaremos un plan totalmente personalizado según cada caso concreto.
No todas estas estrategias funcionarán igual para todas las personas. Experimenta con varias de ellas y ajusta tu enfoque según lo que funcione mejor para ti en diferentes situaciones y con diferentes tipos de tareas. La clave es desarrollar un conjunto de herramientas personalizado para combatir la procrastinación y aumentar la productividad.