Cortesía de Mónica Galán (@Monica_G_B)
Este viernes y sábado pasados he estado facilitando las primeras dos sesiones sobre Productividad Personal con GTD que llevaré a cabo en esta 1ª edición del Máster de Emprendedores y ha sido una experiencia francamente satisfactoria.
Cuando Sergio Fernández me llamó hace unos meses para proponerme formar parte del proyecto, titubeé. No porque no me apeteciera un montón ser parte del mismo, sino porque mis experiencias previas con GTD en otros programas máster, hace ya algunos años, no estuvieron a la altura de mis expectativas.
Lo que Sergio me proponía era un reto. Un reto contra mí mismo. Los talleres que facilito habitualmente en empresas son un formato muy trabajado, muy probado, en beta permanente, sí, pero un beta muy avanzado.
La mejora de la productividad personal con GTD es un tema denso, con muchos conceptos (solo en la primera sesión vimos 24 distintos), con términos engañosos, por habituales (agenda, lista, proyecto, trabajo… Son palabras que, en GTD, significan otra cosa). Hacerlo atractivo, que no “apabulle”, que se vea el valor de la metodología y que se quiera intentar adoptarla, no es nada sencillo.
Pero con tiempo suficiente y un número reducido de participantes, el resultado está garantizado.
El reto en esta ocasión era doblar con creces el número habitual de personas y comprimir aún más un contenido resumido al máximo. Cualquier facilitador sabe que las dinámicas que se crean en un grupo de 30 no son las mismas que en un grupo de 10 y que ante grupos tan grandes estás, en buena medida, en manos del destino.
Pero el reto merecía la pena. Si salía bien, me iba a quitar un par de “espinitas” que llevaba clavadas desde hace tiempo. Así que lo acepté. Y no solo por el reto sino, principalmente, porque de los colectivos con los que habitualmente trabajo, el que depende más para su éxito de mejorar la productividad personal es el de los emprendedores.
Y el resultado, al menos para mí, ha sido espectacular. No por mi intervención, que no me toca a mí juzgar, sino por la experiencia en sí, por el espíritu de esta treintena de emprendedor@s entusiastas, positiv@s, optimistas, cargad@s de energía y de ganas de hacer cosas, de aprender y de colaborar. Es muy contagioso…
¿Las claves? Posiblemente la actitud general, el estado de ánimo, las ganas de aprender todo lo posible y de aprovechar al máximo las sesiones, el buen humor… No lo sé. Todo un poco.
Rodeado de pesimismo y mensajes negativos por doquier, parte de mi trabajo es, a menudo, cambiar esa perspectiva y animar a las personas a mirar al futuro y a fijarse en todo lo que pueden hacer en lugar de en lo que no. Por eso estas dos sesiones han sido un regalo para mí. He vuelto a casa cansado físicamente pero rejuvenecido en lo anímico y lleno de energía. Ver que, a pesar de todo, hay tanta gente que mantiene ese espíritu, le devuelve a uno la confianza en que vamos a conseguir adaptarnos con éxito a esta nueva realidad.
Así que muchas gracias a tod@s por estos dos días, con mención especial para Mónica y Mar por su permanente ayuda y a Sergio por su confianza en mí, y nos vemos de nuevo en un par de semanas para poner el broche productivo que este proyecto merece!
Este artículo, Productividad Personal con GTD para Emprendedores, escrito por José Miguel Bolívar y publicado originalmente en Optima Infinito, está licenciado para su uso bajo una Licencia Creative Commons 3.0 España.Muchas gracias por suscribirte a Optima Infinito.
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