Revista Comunicación

Productividad Personal Edición 2022: Reflexiones Día 9

Publicado el 25 marzo 2022 por Jmbolivar @jmbolivar

En este noveno post de la serie Productividad Personal Edición 2022 voy a compartir contigo mis reflexiones sobre la parte inicial dedicada al concepto Procesar/Aclarar.

El primer apartado, «Por qué hay que transformar las cosas» sigue plenamente vigente a pesar del tiempo transcurrido.

En concreto, me ha gustado releer la parte referente a «clasificar», una pésima práctica que, en el fondo, no deja de ser procrastinación encubierta.

Probablemente, hoy añadiría algo más a esta parte del libro.

Pensar y decidir sobre tus cosas, más allá de ser una buena práctica, es un requisito indispensable para ser una persona efectiva.

Cuando evitas hacerlo, la alternativa que te queda es reaccionar, un comportamiento primitivo cuya utilidad ha quedado muy reducida en el complejo mundo actual.

Reaccionar es muy útil cuando se trata de sobrevivir o de gestionar contingencias operativas. Gracias a este comportamiento hemos sobrevivido como especie y lo seguimos haciendo.

El problema con reaccionar se produce cuando se convierte en un modo de vida.

Si tu modo por defecto de interactuar con el mundo es reaccionar, estarás renunciando no solo a gran parte de lo que te define como ser humano, sino también a tu independencia y a tu autonomía.

Porque, cuando en lugar de pensar y decidir sobre tus cosas te limitas a reaccionar ante ellas, te conviertes en alguien fácilmente manejable, en un dócil juguete en manos de otras personas.

El hábito de Procesar/Aclarar

En este apartado sí que introduciría cambios significativos a día de hoy.

Como comentaba en la reflexión anterior, algunas partes del libro destilan ese «tufillo fundamentalista» típico de la ignorancia recubierta de falsa seguridad.

Lo que quiero decir es que mucho de lo que afirmo en este párrafo, además de incorrecto, es también contrario a la esencia de GTD. Me explico.

Las decisiones que se toman al Procesar/Aclarar son decisiones. Las tuyas. Las que tú quieras tomar, por muy subjetivas que sean.

Me doy cuenta de que escribiendo este párrafo me pasé tres pueblos, ja, ja, ja. Lo siento. En mi descargo diré que la intención tras este fundamentalismo era buena, aunque equivocada.

Mi experiencia como formador es que la gente, cuando cree saber lo que le vas a decir, no escucha, sino que lo supone o se lo imagina.

Yo quería que entendieran que Procesar/Aclarar es otra cosa, un proceso clave de pensamiento, de altísimo valor añadido, que puede cambiar tu forma de relacionarte con el mundo.

Pero me equivocaba en la solución, porque complicar las cosas rara vez va a simplificarlas.

Así que puedes olvidarte de todo lo que cuento en el libro sobre tomar decisiones objetivas o subjetivas.

Procesar/Aclarar es decidir —lo que te dé la gana— sobre tus cosas.

Lo importante es decidir, porque el camino hacia sentirte bien con lo que haces y lo que no haces requiere haber decidido previamente qué hacer y qué no hacer.

O sea, que mientras decidas, bien está, decidas lo que decidas.

Obviamente, si tomas buenas decisiones es mejor que si las tomas malas.

Pero una mala decisión es mejor que ninguna decisión (de hecho, decidir no decidir ya es una decisión y puede ser la peor de todas).

El diagrama de flujo de GTD

Actualmente, pienso que mi versión «mejorada» del diagrama de flujo de GTD es en realidad una sobre-complicación innecesaria.

Es verdad que el diagrama de flujo original es muy mejorable, pero cualquier añadido es ruido que solo sirve para complicarlo y, cuanto más añadas, más complicación.

El problema con el diagrama de flujo de GTD es que ha intentado «algoritmizar» la intuición y, claro, la intuición es más que un algoritmo (escribiré sobre ello).

Curiosamente, el diagrama de GTD ha triunfado porque es engañoso y hace creer que tomar decisiones es algo sencillo que puedes hacer sin pensar.

De hecho, en la formación GTD® oficial de Nivel 1 se refuerza la idea falaz de que puedes Procesar/Aclarar como un robot.

Bueno, y en sentido estricto es cierto que puedes hacerlo, aunque lo más probable es que el resultado sea una porquería.

Procesar/Aclarar requiere en primer lugar una reflexión, por muy breve que sea, sobre qué significa para ti cada una de esas cosas que estás procesando/aclarando.

Sin esta mínima reflexión inicial, lo que vas a hacer va a seguir siendo mayoritariamente reaccionar, con lo que se pierde la mayor parte del valor añadido del proceso.

De hecho, el problema que tienen muchas personas que dicen usar GTD es que tienen un sistema con muchas listas y mucho contenido sobre el que han pensado poco o nada.

Y claro, si el contenido de tu GTD no es resultado de haber pensado y decidido, su utilidad es marginal, así que lo normal es que no lo utilices y termines abandonándolo.

En resumen, lo importante de Procesar/Aclarar es pensar para luego, una vez has pensado, decidir. Si haces esto y lo haces bien, tu efectividad pasará a otro nivel.

No tengo claro qué haría a día de hoy con el diagrama de flujo, aunque intuitivamente me genera rechazo porque creo que confunde más que ayuda (aunque parezca lo contrario).

Y con esto llegamos al final de este post. En una próxima entrega nos adentraremos en cómo se procesa o aclara una bandeja de entrada. El tema promete…

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