Revista Empresa

Productividad y salarios

Por Joanillo @silosenovendo

PRODUCTIVIDAD Y SALARIOSNo sé si me meteré en un charco con mi artículo de hoy, pero dado que este foro nació para expresar libremente mi opinión y la de quien quiera participar, voy a disertar sobre esta polémica de la que se viene hablando últimamente: ¿ligamos la subida salarial a la productividad o la dejamos ligada al IPC?

La discusión me tiene un tanto asombrado porque yo, en mi pensamiento utópico e idealista de la empresa (lo reconozco), siempre pensé que los empresarios con un poco de sentido común tenían las cosas realmente claras: deben retribuir a quien realmente les ayuda a obtener los resultados que persiguen. ¿O no?

Y digo que es de sentido común porque si cambiamos las “figuras” por otras, tales como dinero y depósitos a plazo, ¿en cuál de ellos meteríamos nosotros nuestros ahorros? Evidentemente, destinaríamos nuestro dinero a aquellos que nos den la mayor productividad. Pues los empleados son los “depósitos a plazo” del capital que un empresario decide aplicar en su negocio. ¿En cuál de ellos invertir?

Mi decepción viene porque yo siempre pensé que el empresario sabía reconocer el esfuerzo de aquellas personas que se implican y se aplican en lograr un resultado excelente. Win-win, que se llama. El empresario gana y hace ganar al trabajador. El trabajador gana y hace ganar al empresario. ¿Hay mejor propuesta? Pero viendo los derroteros del debate que está suscitado en la sociedad, observo con perplejidad que no todos lo tenían tan claro. ¡¡Y eso es lo que me tiene asombrado!!

De todos modos, entiendo que los que ponen más reparos al cambio de modo de retribución son los trabajadores; y para explicar estas reticencias solamente se me ocurren dos cosas:

  1. Desconfianza.- los trabajadores creen que los empresarios no usarán instrumentos justos de medición de la productividad y que este sistema creará favoritismo, dejando con pobres subidas a quienes sean “revoltosos” con la dirección. Sinceramente, si existen razones sólidas para tal desconfianza, creo que es el momento de plantearse un cambio de empresa. ¿Se puede trabajar en un lugar en el que uno no confía en sus jefes? Sí, se puede. Pero no se debe hacerlo.
  2. Escaqueo.- ¿quién tiene razones para no querer un sistema de retribución ligado a la productividad? Los menos productivos. Estos son los que realmente salen perdiendo con el cambio, de ahí su interés a mantener el “status quo”. Pero visto desde el punto de mira del empresario, ¿tiene lógica pagar por igual a todos los empleados, independientemente de su grado de contribución al resultado final? No sólo es una injusticia “económica”, sino que además supone desincentivar a quien se esfuerza y premiar a quien no hace nada. Si todos cobran igual, ¿qué razón hay para esforzarse?

En fin; estoy seguro que el debate es más complejo de lo que yo reflejo en este comentario. Y seguro que hay otras razones para protestar ante el cambio que a mí se me escapan ahora mismo de mi entendimiento. Pero no quería dejar pasar la oportunidad de decir que las empresas nacen y viven gracias a lograr unos objetivos, y que para alcanzar esa meta necesitan a unos empleados. Lo justo y honrado es retribuir a cada uno en función del grado de contribución al objetivo, de tal modo que no tiene que dar ninguna pereza dejar atrás al que no está por la tarea de arrimar el hombro, que es la razón por la cual fue contratado.

Y finalizo poniéndome la venda antes de la herida. Mi comentario no pretende ser un guiño al empresario sin más. Si usted sabe leer entre líneas verá que lo que también defiendo es que las personas que trabajan bien, que buscan la mejora continua en sus resultados y que se esfuerzan, deben recibir una recompensa por esta actitud tan positiva y beneficiosa para la competitividad de las organizaciones y del país, por extensión.

Soy una persona que defiendo la igualdad, pero siempre que hablemos en términos comparables. Dos empleados que hagan el mismo esfuerzo, deben cobrar retribuciones iguales. ¡¡Faltaría más!! El problema es que la naturaleza nos hace diferentes unos a otros, y por lo tanto no podemos buscar una igualdad en base a crear unas leyes que premien a quien no da el nivel (o no quiere darlo) y no reconozcan el mérito a quien sí pone lo mejor de sí.

Para mí, ligar los salarios a la productividad es una manera de conseguir que cada uno sea valorado en su justa medida y es un punto de partida para lograr que las empresas mejoren su competitividad, algo muy necesario para todo este colectivo de individuos que nos llamamos España.

Un abrazo

firma SBS transparente


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