Existen en el mercado numerosos productos cuya base es el agua de mar, dado que es una sustancia con múltiples beneficios para la salud. A la hora de plantearnos su uso debemos tener en cuenta que no se trata de coger un poco del agua del mar sin más; esta debe ser recogida a una profundidad y con unas características concretas para ofrecernos todo su potencial.
La semejanza entre el agua del mar y el plasma humano puede resultar asombrosa, si se olvida de donde procedemos. No obstante una vez asumido esto, comprendemos que los oligoelementos y minerales disueltos en ella tienen una acción enzimática que permite recomponer nuestro organismo y nuestras defensas a nivel celular, de modo que nos resulte más fácil la lucha contra los agentes agresores, fundamentalmente las infecciones.
A menudo se asocian a esta agua productos que potencian su acción, como los hongos (sobre todo Shiitake), que por sus propiedades antivirales y antialérgicas estimulan el sistema inmunológico y actuan también como remedio antitrombótico. Otro producto que ofrece una buena combinación con el agua marina es Própolis, que actua como antibiótico y bactericida favoreciendo la fagocitosis y la formación de anticuerpos en general (sobre todo en garganta y tracto intestinal). En uso externo se utiliza como anestésico en dolores, quemaduras y heridas.
También se suele usar la Maca, como reconstituyente, que ayuda en los temas sexuales, la visión, el hígado y sobre todo en los procesos hipocondríacos. A menudo, con el Própolis se suele usar la Equinácea como estimulante inmunitario, y más concretamente para incrementar los glóbulos blancos se utiliza el Interferón.
Modernamente la Rhodiola, se incorpora también en los casos de astenia porque potencia las funciones tanto orgánicas como mentales, estimulando los linfocitos “T” y la resistencia celular a las infecciones. Pero en realidad, se suele incorporar por su capacidad de reducir el estrés, con las ventajas que esto conlleva, ya que a mayor estrés mayor facilidad para ser atacados por los agentes patógenos.
El Reishi, que es otro hongo, potencia el sistema defensivo y regenera el hígado al tiempo que tonifi ca el sistema nervioso. En el sistema defensivo es interesante señalar que incentiva los linfocitos “T” y las células NK. Casi todos los productos de este tipo suelen llevar también vitamina C, y la razón es que potencia el sistema inmunológico, la producción de interferón y además es un potente antioxidante.